Los corredores y ciclistas de toda España pudieron salir de sus casas el sábado por la mañana y los adultos están autorizados a practicar deporte individual por primera vez en siete semanas después de que el Gobierno empezara a relajar las medidas de confinamiento para frenar el coronavirus, reportan cables de Reuters y AP.
En Barcelona, los corredores y ciclistas abarrotaron los caminos cerca de la playa, mientras que los surfistas disfrutaban de las olas.
En Madrid, las personas practicaban deporte por los amplios bulevares de la ciudad, pasando por debajo de la cinta policial instalada para evitar que la gente se congregara en las zonas comunes.
Golpeada por uno de los peores brotes de COVID-19 del mundo, España impuso estrictas medidas de encierro en marzo, confinando a la mayoría de la población a sus hogares y permitiendo sólo las salidas por motivos esenciales.
Se prohibieron los deportes al aire libre y los paseos recreativos mientras las autoridades se esforzaban por detener la propagación de la enfermedad y aliviar la carga del sistema sanitario.
A medida que la tasa de infección ha disminuido y se ha descongestionado el sistema sanitario, el Gobierno ha cambiado su enfoque hacia la reapertura gradual del país y la reactivación de la economía.
El fin de semana pasado, se permitió a los niños menores de 14 años salir una vez al día para realizar actividades supervisadas.
El martes, el presidente del Gobierno Pedro Sánchez anunció un plan de cuatro fases para devolver al país a lo que denominó “la nueva normalidad” a finales de junio.
Para evitar aglomeraciones el Gobierno ha puesto en marcha un sistema de turnos, asignando diferentes franjas horarias a los distintos grupos de edad.
Los establecimientos que operan con cita previa, como las peluquerías, podrán abrir a partir del lunes. Los bares y restaurantes permanecerán cerrados por lo menos una semana más.
España ha registrado una cifra de 25.100 muertos por la enfermedad, y de 216,582 casos el sábado, según informó el Ministerio de Sanidad.
El confinamiento ha golpeado la economía y el Gobierno espera que el producto interior bruto (PIB) se contraiga un 9,2% en 2020.