Una orden que le prohíbe a la mayoría de los habitantes de Nueva York congregarse en grupos o acudir a trabajar entró en vigor el domingo en un intento por detener una pandemia que amenaza con convertir al estado en uno de los puntos más álgidos del mundo por el coronavirus, reporta un cable de AP.
Mientras tanto, autoridades en todo el planeta advirtieron de una escasez crítica de suministros médicos.
Te comparto un video de como Nueva York despierta Hoy ya que ayer entro en ley la cuarentena interpuesta por el Gobernador de NY
Y no por el presidente
Y aquí nadie dice nada todos entienden que estamos en guerra y no con balas. pic.twitter.com/8TrY1LRBU9— I♥️ES 🤪 (@Gzetino1985) March 23, 2020
El gobernador Andrew Cuomo ordenó el viernes el cierre de todos los negocios no esenciales y que todos los trabajadores de giros que no son indispensables permanezcan en su casa, pero demoró la implementación formal hasta las 8 de la noche del domingo.
Él y el alcalde de la ciudad de Nueva York, Bill de Blasio, también exhortaron a enviar desde máscaras hasta batas, así como doctores y otros trabajadores médicos, a la urbe, y le pidieron al presidente Donald Trump que ordene que las fuerzas armadas asuman la logística de fabricar y distribuir los suministros médicos.
“No puedo decirlo de forma más contundente. Si el presidente no actúa, morirá gente que podría haber vivido”, declaró De Blasio al programa “Meet The Press” de la cadena NB.
Pero Fauci y otros funcionarios de los servicios de emergencia no proporcionaron cifras sobre la cantidad de mascarillas y los otros artículos que van en camino. Cuomo exhortó a las autoridades federales a intervenir rápidamente mientras los estados más afectados ofrecen cada vez más dinero con tal de obtener suministros que escasean, en ocasiones duplicando o triplicando los precios.
En Washington, negociadores del Congreso y de la Casa Blanca reanudaron sus conversaciones en torno a un paquete de rescate económico por 1,4 billones de dólares, luego de que Trump les pidiera que llegaran a un acuerdo para estabilizar a la nación, cuya vida ha sido duramente trastocada por la pandemia. El mandatario parecía confiado en la capacidad del país para superar pronto el problema, aunque las autoridades de salud reconocieron que Estados Unidos está lejos de haber llegado al punto más álgido del brote.