La oficina es uno los lugares en los que quienes trabajan pasan la mayor parte de su tiempo. 71% de las 168 horas de los 7 días la semana están destinados a realizar labores profesionales y, además, a compartir con diferentes personas que no son ni la familia, ni amigos, pero que sin embargo se terminan convirtiendo en un círculo cercano.
Es difícil pensar, que en circunstancias como estas alguien no encuentre una pareja dentro de su grupo de trabajo. De hecho, así lo confirman los trabajadores, pues el 53,1% de quienes participaron en el estudio aseguraron que han mantenido algún vínculo amoroso con un compañero y el 59,5% piensa que es normal que se den hechos como estos.
Sin embargo, a pesar del apoyo que hay ante esta situación, el 24,9% prefiere, que en caso de estar pololeando con un compañero, mantenerlo oculto pues consideran que es algo personal. Además, el 50,4% tiene condicionantes para poder revelar su estado civil. Algunas de las razones son por la falta de confianza a la jefatura, los conflictos de intereses que puede generar dentro de la empresa, conflicto que puede generar y por la seriedad que puede llegar a tener la relación.
“Desde Laborum.com recomendamos ser transparentes, si es que la relación va en serio. Si bien es totalmente personal y una decisión de pareja dar a conocer la información con los más cercanos, esto sin duda expone a las personas al escrutinio de los pares. Para evitar malentendidos, siempre se recomienda transparentar las relaciones antes de que los rumores perjudiquen la relación y la imagen de cada uno como profesional dentro de la empresa”, explica María Jesús García-Huidobro gerente de marketing de Laborum.com.
Respecto a lo anterior, de quienes aseguraron que sí habían mantenido un lazo sentimental con un integrante del equipo, sólo el 8,5% tuvo problema con su jefatura, el 13,2% lo tuvo con sus pares, mientras que el 69,4% aseguró que recibió apoyo de todos.
“Un punto importante es que tanto los colaboradores como los altos mandos de las compañías deben entender, es que si esto provoca felicidad entre los implicados, termina por traspasarse a su entorno, lo que es un beneficio. Estos son procesos naturales, que se dan entre personas que comparten tanto tiempo juntos, pero siempre es importante que tanto las organizaciones, como los involucrados transparenten su postura y decisiones al respecto”, indica la experta en empleo.
De hecho, respecto a lo anterior el 31,9% señaló que sería bueno que las empresas indiquen en sus reglamentos internos cómo perciben y manejan una relación dentro del trabajo. Además, el 52,4% cree que se deberían analizar caso a caso y que, además, el 50,9% las jefaturas deben juntarse con la pareja para clarificar los puntos.
De acuerdo a lo anterior,“en algunas ocasiones, cuando quienes mantienen una relación amorosa forman parte del mismo equipo, las jefaturas pueden evaluar durante un determinado periodo de tiempo su desempeño y comportamiento para así analizar si es necesario tomar algunas medidas. Lo que se hace en algunos casos, cuando se llega a perjudicar el trabajo, es trasladar a alguno de los dos a otra área para así no tener inconvenientes El 9% aseguró que pasó por esta experiencia”, finaliza María Jesús García-Huidobro.
¿Puede perjudicar al equipo?
El 53,4% de los encuestados señala que si la pareja sabe mantener las distancias, ser respetuosos con sus compañeros y el ambiente en general, no debería haber ningún inconveniente. Esto, lo confirman los mismo encuestados que sí han mantenido una relación, pues el 84,5% indican que pudieron separar la vida privada de la profesional.
La experta de Laborum.com, recomienda “evitar este tipo de inconvenientes como demostraciones amorosas o discusiones, que las personas que mantengan relaciones sentimentales dentro del ambiente laboral puedan separar los temas y comportarse de la forma más profesional posible. De hecho, si se sabe manejar, puede, incluso, mejorar el clima laboral”.
Ahora, lo que sí podría generar incomodidad es que un subalterno se involucre sentimentalmente con alguien de cargo superior. El 48,9% comentó que podría ser perjudicial para el colaborador, pues su pareja (jefatura) podría hacer diferencias, en beneficio o en contra de su trabajo, debido a la relación. Además, el 38,2% dice que puede opacar la meritocracia del trabajador y asociar sus logros a la situación personal que mantiene.