El estallido social no solamente ha provocado un remezón en el Gobierno y en la clase política, sino que también se ha extendido a los partidos y conglomerados políticos, porque luego de haberse zanjado el tema del proceso constituyente, la UDI rompió relaciones con Chile Vamos porque las otras dos colectividades -RN y Evópoli- respaldaron la paridad y cuotas para independientes y pueblos originarios.
La presidenta del gremialismo, senadora Jacqueline van Rysselberghe, anunció la decisión de la colectividad de “congelar” la participación en el conglomerado oficialista, lo cual sucedió luego que diputados de RN y Evópoli votaran a favor de la cuota de género en el proceso constituyente para redactar una nueva Constitución.
La acusación de la timonel de la UDI apuntó a que sus socios de coalición no cumplieron la palabra empeñada como también disparó en contra del ministro del Interior, Gonzalo Blumel (Evópoli), de no haber podido alinear a sus parlamentarios de su partido.
En la misma línea fueron los dardos hechos por la senadora gremialista Ena von Baer, ya que acusó directamente a RN de no “honrar” la palabra empeñada sobre los temas aprobados para el proceso de redactar una nueva Carta Magna.
En ese sentido, Von Baer dijo a radio Cooperativa que “ayer en la tarde la UDI cedió en los escaños reservados, votó a favor y cedió porque había llegado a un acuerdo con RN de que una cosa se votaba a favor, pero que se votaba en contra la paridad de género, y eso no se cumplió”.
«Cuando uno trabaja en equipo, se sienta a conversar, y se llega a un acuerdo, así funcionan los equipos, cada uno cede y ambos honran la palabra, pero no puede ser que uno ceda y el otro no honre su palabra, así no funcionan los equipos. (…) Lo que sucedió ayer para nosotros fue muy doloroso», sostuvo.
El quiebre en la derecha se aprecia desde lejos, puesto que el timonel de RN, diputado Mario Desbordes, aseguró que la presidenta de la UDI “no tiene derecho a veto permanente”.
“Es un problema de la senadora, que hable con su gente, pero eso sí, que no falte a la verdad, porque el compromiso era que no íbamos a hacer ningún agregado al acuerdo por la paz, para no ponerlo en riesgo, para no abrir los espacios para que la oposición hiciera lo propio, que no estuvieran agregándole cosas», explicó.
Y añadió que «no hay ninguna contravención a lo que acordamos, hemos cumplido la palabra. Perdónenme, pero la UDI no tiene derecho a veto permanente, tienen que acostumbrarse a que eso no existe».
Incluso fue más allá al indicar que «por supuesto que -la UDI- tuvo derecho a veto, es cosa de leer los diarios de lo que pasó los últimos 30 años y la coalición cambió. Fue un acuerdo del día uno, en una coalición nueva, Chile Vamos, ningún partido tiene derecho a veto, ningún cacique tiene derecho a veto, se terminan los liderazgos absolutos y se termina la posibilidad de que un partido ponga en riesgo una coalición entera por cosas que no le gustan».