En el recinto no sólo destacarán los stands de restaurantes y la degustación de comida internacional, sino que también habrá presentaciones de danzas y shows artísticos. Además, se ofrecerá un sector para artesanías tanto nacional como internacional, así como una zona con actividades para niños. Todo en un entorno seguro, rodeado de naturaleza y el aire puro de la localidad de Malloco, lo que hace de éste un panorama imperdible para toda la familia.
Evento sustentable: La actividad -que cuenta con el patrocinio del Ministerio del Medioambiente, Sernatur, el Ministerio de las Culturas, se ha propuesto importantes metas ambientales para este año. Si bien la correcta recolección de material reciclable ha sido una constante desde que se inició este evento, en esta edición se ha planteado el desafío de tratar el 90% de residuos orgánicos, reducir en un 50% la cantidad de basura fomentando el uso de cubiertos, vasos y platos, reemplazándolos por utensilios reutilizables u orgánicos.
Economía circular: Armony Sustentable, estará estrenando en Chile su nueva tecnología Armony System. Se trata de un sistema de tratamiento de residuos orgánicos con tecnología holandesa, que compostará en el mismo lugar del evento restos de comida, vaso, plato y cubiertos compostables.
Entradas
La venta de entradas para la Fiesta de las Naciones se realiza a través del sistema Ticketek y en las puertas del recinto. Los valores van desde los $4000 a $6.000. El evento comienza a las 12:00 hrs hasta 21 horas.
“Al congregar 21 embajadas y 37 restaurantes, queremos invitar a las familias a recorrer el mundo en tres días, para que puedan conocer la riqueza cultural y gastronómica de naciones a las que no solemos acceder fácilmente. La idea es hacer de esta visita toda una experiencia que amplíe nuestros horizontes”, señala Helena Ríos, Directora Ferexpo Chile.
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Las Historias detrás de la gastronomía:
COLOMBIA: Elba Caiceo (chef)
Hace tres años llegó a vivir a Chile, puesto que una de sus hijas llevaba ocho años acá.
En Cali fue parte de una agrupación de mujeres afrodescencientes que difunden la gastronomía ancestral del Pacífico Colombiano. Tarea que sigue realizando en Chile.
Llegó a Quilicura y ahí acudió a la Oficina Migrante, quienes la pusieron en contacto con la embajada y consulado colombianos, a quienes presta sus servicios gastronómicos. Al principio nadie la conocía, pero ha tenido tanto éxito, que la llaman para diversos eventos para representar a su país, como las fiestas patrias del 20 de julio y la cena que el embajador ofrece para empresarios chilenos.
Elba aprendió a cocinar gracias a su madre y abuela, y posteriormente se capacitó. Ella quiere que este conocimiento no se pierda y se transmita, pero no ha logrado entusiasmar a sus cuatro hijos (dos en Chile) con la gastronomía… algo que la entristece, por lo que espera que algo de este legado quede entre su descendencia.
LÍBANO Y SIRIA: Geurge Alkhouri (empresario)
Comenzó a venir a Chile alrededor del año 2000 como representante de Siria en la FISA, donde exponía muebles hechos a mano (con aplicaciones de concha perla y marquetería) que traía directo de la mueblería que su familia posee hace más de 80 años.
Con un primo comenzaron a viajar a exposiciones a nuestro país y otras partes del mundo, hasta que instalaron definitivamente con una fábrica en Chile y se quedaron. Con el tiempo, a ese emprendimiento sumaron una tienda de productos importados y un restaurante, ambos llamados Rincón Arabesco.
Ha participado en la Fiesta de las Naciones desde la primera edición, incluso fueron el primer país árabe en presentarse en Malloco.
Aquí vive con su señora e hijo, porque necesitaba una vida más estable.
Pese al conflicto bélico, siempre está visitando Siria, algo que no le causa mayores sobresaltos porque dice que es menos terrible de lo que muestra la prensa chilena. Allí continúa funcionando la fábrica familiar, aunque su producción está medio congelada por la guerra.
PALESTINA: Isam Al Hamidi (empresario)
Vivía en Irak hasta que en 2006 tuvo que huir de la guerra junto a su familia, dejando todo atrás dos restaurantes, su casa y auto. Con lo puesto llegaron a un campamento en el desierto, en la frontera con Siria, desde donde viajaron a Chile como refugiados.
Aquí se instaló con sus papás (palestinos), esposa y cuatro hijos… número que creció a seis, ya que los dos menores son chilenos.
En nuestro país comenzó a vender comida y le fue tan bien, que ahora posee cinco restaurantes: tres en Patronato, uno en Franklin y otro en Santa Isabel con San Francisco.
Aunque reconoce que se nota la diferencia cultural, se ha adaptado bien a nuestro país. Tanto así que afirma que le gusta mucho Chile, pues destaca que la gente es solidaria y se sienten orgullosos de su tierra.