ESET Latinoamérica, compañía líder en detección proactiva de amenazas, aborda los puntos clave para evitar nuevas filtraciones de los datos de las tarjetas bancarias, las que una vez sustraídas pueden ser utilizadas para realizar operaciones fraudulentas.
Hasta el momento las autoridades han informado que se han visto afectadas 13 instituciones, con un total de 41.593 de tarjetas afectas y 82 fraudes detectados. Este ataque fue uno de los más grandes de los que se tiene registro en el país. A pesar de que tanto la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) y Redbanc publicaron sus respectivos comunicados informando la situación y las medidas de prevención aplicadas a sus clientes, es necesario aumentar las inversiones en ciberseguridad para anticiparse a estos delitos.
Ante este escenario, se recomienda a los usuarios monitorear la actividad de sus estados de cuenta y movimiento de sus tarjetas y en caso de detectar actividad sospechosa reportarla lo antes posible.
“Esta filtración de datos de tarjetas se produce aparentemente por una falla de seguridad en el sistema de un servicio y no como consecuencia de un engaño directo a los propietarios de las tarjetas, como podría ser a partir de segundos lectores o mediante el skimming, como fue el caso que reportó la propia SBIF en Chile cuando se conoció que se clonaron 1.738 tarjetas como consecuencia de un POS comprometido en la comuna de San Miguel. Aun así, es importante tener presente que, desde el punto de vista técnico, las tarjetas de crédito y débito convencionales, es decir, aquellas que cuentan con una banda magnética, son vulnerables a la clonación de la misma con simples lectores de banda que pueden duplicar la información que leen y grabarla posteriormente en una nueva tarjeta”, explicó el investigador de ESET, Luis Lubeck.
“Asimismo, por más que este último incidente haya sido provocado por una vulnerabilidad en el sistema de un tercero, representa una buena oportunidad para recordar a las personas la importancia de prestar atención de los lugares en los que ponemos nuestra tarjeta de crédito o débito, observar que no haya dispositivos agregados al lector de tarjeta, y en el caso de compras en comercios físicos, tratar de tener siempre a la vista nuestras tarjetas y evitar que el vendedor se la lleve a otro sector donde pueda utilizar la misma en un segundo lector de bandas magnéticas”, opinó Luis Lubeck. Por último, el investigador de ESET aconseja no aceptar ayuda de extraños en el uso de un cajero automático, a fin de evitar maniobras con la tarjeta que no se puedan controlar.