Una “marea verde” de miles de mujeres rodeó el Congreso este 28 de mayo para exigir la legalización del aborto en Argentina y advirtieron que si ello no sucede harán valer el poder de su voto en las elecciones generales de octubre, reseña un cable de AP.
La movilización respaldaba la presentación formal del proyecto de interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 14 de gestación en la Cámara de Diputados. Es la octava vez que la iniciativa llega al parlamento en más de una década, pero ahora con una novedad: se debatirá justo en año electoral.
“Hemos demostrado la capacidad de hacer a un lado nuestras diferencias”, destacó la diputada Brenda Austin, de la Unión Cívica Radical (UCR), fuerza que integra la coalición de gobierno del Presidente Mauricio Macri durante una reunión de diputados que apoyan el proyecto y que fue seguido por una multitud fuera del Congreso. “En un año electoral estamos todos y todas de diferentes partidos sentados acá”, enfatizó.
Argentina, el país natal del papa Francisco, estuvo a punto de sancionar la despenalización del aborto en 2018 tras una histórica media sanción en Diputados, pero no prosperó en el Senado.
La actividad legislativa por lo general es nula en tiempos de campaña electoral. Pese a ello y a que la conformación del Congreso es la misma que un año atrás –los nuevos legisladores asumirán a fin de año– el movimiento feminista insiste en su reclamo.
“No tenemos tiempo para esperar porque se siguen muriendo mujeres”, señaló la diputada Romina Del Plá, del Frente de Izquierda. “No hay tiempo para que los bloques políticos que se arrodillan ante las iglesias dilaten su tratamiento”.
La legisladora propuso convocar a los candidatos de todas las fuerzas políticas a un debate “para que quede claro quién esta a favor de las mujeres y niñas y quién a favor de la muerte clandestina”.
Macri buscará la reelección y la exmandataria y actual senadora Cristina Fernández (2007-2015) aspira a alcanzar la vicepresidencia junto a su exjefe de gabinete Alberto Fernández.
Macri no apoya el aborto pero ha dado vía libre a su discusión. Fernández se ha manifestado a favor de la despenalización.
En coincidencia con el Día Internacional de Acción por la Salud de la Mujer, miles de mujeres de distintas edades salieron a las calles en Buenos Aires y otros puntos del país con los pañuelos verdes que identifican a la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, el movimiento integrado por cientos de organizaciones políticas y sociales que desde hace más de una década lucha por la despenalización del aborto.
Frente a una pantalla gigante frente al Congreso, jóvenes y mujeres mayores seguían atentamente los discursos de los diputados, que cada tanto quedaban tapados por el grito “¡aborto legal en el hospital!” de las manifestantes mientras agitaban los pañuelos.
Entre la multitud, dos activistas levantaron una estatuilla de yeso de la Virgen María con el pañuelo verde sobre su rostro, que es conocida como “María feminista” o la “Virgen abortera”, provocando cánticos contra la Iglesia Católica.
Según las proabortistas anualmente se producen entre 300.000 y 522.000 abortos.
La legislación argentina permite el aborto en casos de violación o peligro para la vida o la salud de la embarazada.
La mujer que interrumpe su embarazo fuera de lo establecido por la ley se arriesga a una pena de entre uno y cuatro años de prisión.
El proyecto legislativo contempla que en ningún caso será penada la gestante que cause su propio aborto o consienta que otro lo realice. También establece que toda mujer tiene derecho a acceder a un aborto en los sistemas público y privado de salud en un plazo máximo de cinco días corridos desde su requerimiento. Además señala que serán castigados con prisión de tres meses a un año e inhabilitación especial por el doble del tiempo de la condena la autoridad de un centro de salud o el personal médico que dilaten o se nieguen a realizar la práctica.
La pena será de tres años si por esa conducta se daña la salud de la mujer y cinco si ésta fallece.
Esos puntos prometen ser resistidos por sectores de la comunidad médica que exigen la posibilidad de acceder a cláusulas de conciencia, no contempladas en la iniciativa.
“Queremos que nos escuchen, que se respeten los derechos de la mujer”, pidió Ludmila Maglione, una estudiante de 21 años con un coqueto maquillaje de distintos tonos verdes en el rostro. “Vamos a ver bien quién apoya y quién no. A la hora de votar pesa más esto, saber en qué postura están”, advirtió a su lado Maylen Belmonte, de 20.
El Salvador y Nicaragua son los países de Latinoamérica cuyas legislaciones prohíben el aborto en cualquier circunstancia.