Ya se han disipado las cenizas del incendio de Notre Dame y ahora el Presidente de Francia, Emmanuel Macron, presentó este jueves (25.04.2019) su esperada y desesperada batería de reformas, con las que espera calmar el malestar ciudadano que se ha expresado en cinco meses de protestas de los llamados «chalecos amarillos”. Entre los cambios que el mandatario puso sobre la mesa se encuentra un importante recorte de impuestos y la promesa de aumentar las pensiones más bajas.
La rebaja de impuestos sobre la renta, que tendrá un valor en torno a los 5.000 millones de euros, será compensada en parte con el fin de algunas exenciones fiscales a las empresas, aunque el mandatario también expresó la necesidad de «trabajar más”. Asimismo, adelantó que su intención es que las pensiones contributivas más bajas queden por encima de los 1.000 euros.
También enumeró otros objetivos para el resto del mandato, como una reforma constitucional que permita una descentralización «diferenciada», la reducción del número de parlamentarios y la introducción de un porcentaje de proporcionalidad en la Cámara Baja, así como la extensión del período de cotización de los trabajadores y la supresión de la Escuela Nacional de Administración, que es considerada el vivero de las elites del país, una de las medidas más polémicas de su comparecencia.
«He escuchado, he entendido”
«No quiero incrementos de impuestos y quiero una bajada para quienes trabajan reduciendo significativamente el impuesto sobre los ingresos”, declaró el mandatario, reaccionando a una de las principales exigencias de los «chalecos amarillos”, cuyas protestas comenzaron precisamente por un alza de los impuestos sobre los combustibles. Sin embargo, la supresión del Impuesto Sobre la Fortuna (ISF) no será tocada, pues a juicio de Macron no se trata de «un regalo para los ricos”, sino de un incentivo a la inversión.
Macron pasó casi 100 horas en los últimos meses encerrado en reuniones con alcaldes de pueblos de todo el país, respondiendo a las inquietudes de los franceses. «He escuchado, he entendido, he sentido en carne propia lo que viven», dijo, pero «las transformaciones que están en curso y las transformaciones que son esenciales para nuestro país no deben ser detenidas (…) porque responden profundamente a la aspiración de nuestros ciudadanos”, apuntó Macron.