Este sábado los «Chalecos Amarillos» (Gilets jaunes) -literalmente- han hecho arder París y saqueado les Champs-Elysées, es el 18º jornada consecutiva de protestas de este colectivo que había perdido fuerza en las últimas semanas, pero que esta joaba ha recobrado fuerza e inusitada violencia dado que a los manifestantes se unieron anticapitalistas radicales se tomaron también las calles, enfrentándose a la policía y saqueando varios comercios, reseñan las principales agencia internacionales y Le Figaro.
Nespresso, Hugo Boss, Lacoste... Las vallas de madera que protegían las fachadas fueron arrancadas, las vitrinas destrozadas y las tiendas desvalijadas. Algunos salen con los brazos cargados de ropa, otros lanzan prendas a la multitud o las usan para alimentar las barricadas en llamas. «Es una pena, pero es la única manera de que nos escuchen», afirma un «chaleco amarillo» que vino desde Borgoña (centro) para manifestar. «Si hemos llegado a esto es que hay un verdadero problema de democracia», señala el manifestante, en declaraciones que recoge la alemana DW.
Nuevamente, como en manifestaciones anteriores de los #ChalecosAmarillos, la bandera de la UE termina en llamas.#GiletsJaunes#Yellowvests#acte18 #ActeXVIII#OmplimMadrid16M#GlobalRevolution
pic.twitter.com/ST8IN0RV1q— ChalecosAmarillos Global (@ChalecosAmarill) 16 de marzo de 2019
«Más de 1.500 ultra-violentos»
No muy lejos, se declaró un incendio en un banco cerca de los Campos Elíseos. El siniestro, criminal según las autoridades, se propagó al edificio aledaño, obligando a evacuar a sus habitantes y dejando 11 heridos leves. Para marcar el final de los debates organizados por el presidente Emmanuel Macron para encontrar una salida a esta crisis y los cuatro meses de protestas, circularon en las redes sociales llamados a converger en París para lanzar un «ultimátum» al mandatario.
El ministro del Interior, Christophe Castaner, describió actos de «profesionales del destrozo y del desorden» y pidió a la policía responder con «la mayor firmeza a estos ataques inadmisibles».
«Entre los manifestantes, hay más de 1.500 ultra-violentos que vinieron para destrozar, enfrentarse, atacar. Temprano por la mañana quisieron tomar por asalto el Arco del Triunfo, «orgullosos de los destrozos que cometieron el 1 de diciembre», dijo el ministro.