La Agencia francesa AFP publica la crónica: «La langosta, principal riqueza de Juan Fernández, apreciada en China», la que reproducimoos íntegramente porque entrega un visión de cómo se ve a este Parque Marino en el mundo.
La pesca de la langosta es la principal actividad económica del archipiélago chileno Juan Fernández. Desde hace casi un siglo los langosteros tomaron medidas para que esta actividad fuera sostenible pero el éxodo juvenil amenaza el futuro de esta pesca que tiene en China su principal mercado.
Wilson González, hijo y nieto de langosteros, empezó a trabajar a los 11 años; a los 13 fue patrón de barco pesquero y a los 75 años sigue pescando langostas. «Me voy a morir en el mar», asegura a la AFP.
González es uno de los 170 pescadores de este archipiélago situado a 700 km de las costas chilenas, en el Océano Pacífico, cuya principal fuente de ingresos es la pesca de langosta en uno de los ecosistemas más ricos del planeta, donde el 98% de las especies son endémicas. El parque Marino Juan Fernández, creado hace un año, es uno de los más grandes del Pacífico, con 262.000 km2.
La instalación de una conservera foránea a finales del siglo XIX en Robinson Crusoe, como se conocen a dos de las tres islas del archipiélago, dio la voz de alarma a los pescadores locales, que establecieron medidas para no esquilmar los recursos.
La normativa que regula la pesca de la langosta es de 1935. Solo se puede hacer desde el 1 de octubre al 15 de mayo, se utilizan únicamente trampas de madera de 1,20 cms 75 cms 39 cms, con una carnada dentro para atraer a las langostas a su interior, quedando prohibida la pesca de buceo. Las hembras con huevos se devuelven al mar y las que tienen un caparazón inferior a 11,5 cms también. En total, cada año se capturan entre 80.000 y 100.000 langostas, según González.
La consecuencia de aquellas medidas es que Juan Fernández cuenta con la «primera pesquería sustentable de Sudamérica certificada por MCC», recuerda por su parte Daniel González, presidente del sindicato de pescadores del Archipiélago y de Islas Desventuradas, quien optó por volver a la isla dejando atrás una vida de profesional exitoso en Santiago.
Los más cuidadosos también devuelven al mar a las hembras que superan los dos kilos porque, según estudios recientes, estas langostas adultas monitorean a las más jóvenes y les transmiten su memoria histórica.