Descansar a conciencia y definir las prioridades son algunos consejos que entrega Laborum.com
Ya entramos en la segunda quincena de febrero y los veraneantes están en la recta final de sus vacaciones. Algunos pensando en lo que queda para la volver a la rutina, sintiendo que los días libres no fueron los suficiente para lograr la desconexión laboral. Esto muchas veces puede provocar ansiedades que pueden llegar a ser perjudiciales para el colaborador.
Para el gerente general de Laborum.com, Sebastián Echeverría, “es fundamental que las personas al momento de regresar de sus vacaciones, puedan incorporarse a sus actividades, de manera paulatina, para lograr una adaptación lo más progresiva posible. Además, creemos que es fundamental que las personas puedan mantener actividades extraprogramáticas e incorporar tiempos de ocio, para evitar que las actividades laborales irrumpan de manera abrupta y el cambio de realidad resulte tortuoso”.
Por esta razón, Laborum.com entrega algunos consejos para retomar las actividades cotidianas y evitar el síndrome postvacacional que puede traer consigo falta de concentración, sueño y dolores musculares:
Descanso consciente: Antes de volver a la oficina, es bueno tomarse un tiempo de descanso real, bajando el nivel de actividades, para que sea más fácil conciliar el sueño y retomar las labores. No es recomendable volver de las vacaciones justo el día anterior de entrar al trabajo, sino que varios días antes (al menos tres o cuatro). Así, las personas podrán prepararse para el retorno de manera gradual.
Retomar la rutina con calma: Es recomendable utilizar la primera semana de vuelta a la oficina para ponernos al día y establecer un orden de prioridades en los pendientes, así podrás darle respuesta a cada uno. Junto con esto podrían comenzar a trabajar en una planificación anual, lo que permite mantener un orden y evitar el estrés en los próximos meses.
Adaptar los horarios: Por lo general cuando se está en periodo de vacaciones, las personas suelen mantener un ritmo mucho más rápido y exigente, realizando varias actividades durante el día y la noche. Lo recomendable es comenzar a habituarse de forma suave y progresiva. Por ejemplo: podemos ir adelantando poco a poco la hora de acostarnos y levantarnos, incluso, a la hora una semana antes del regreso al trabajo a la misma hora que solemos hacerlo para ir a trabajar. Esto permitirá que la incorporación laboral sea menos forzosa.
Realizar actividades: Siempre es importante tratar de realizar panoramas extras a las tareas de la oficina. Con esto nos referimos cursos, actividades deportivas o salidas con compañeros que puedan ayudar a mantener una desconexión de las tareas laborales.
Anticipar el regreso a la oficina: Por último, y un punto no menor, es evitar el estrés de autopistas congestionadas, punto que podría provocar un estrés prolongado, por lo que es mejor planificar con tiempo y anticiparse a retornos masivos que pudieran fomentar tensión y cansancio.