Fue en octubre de 2015 cuando Roberto Cuéllar, exministro del Gobierno de Allende y actual director del Colegio Terranova en La Reina, recibió a manos de un apoderado la bandera que hoy comenzó a ser exhibida en el museo. Personas que habían trabajado en el retiro de escombros de La Moneda la encontraron guardada en una gaveta y decidieron guardarla, manteniendo el secreto familiar durante más de cuarenta años.
Tiempo después, en un acto oficial realizado en La Moneda en diciembre de 2016, el estandarte presidencial fue entregado por Cuéllar a la entonces presidenta Michelle Bachelet, quien encomendó la conservación y restauración del vestigio al Museo de la Memoria. “Que el museo haya sido encargado para evaluar el estado de la bandera y considerar el cómo se puede restaurar y conservar de mejor manera, es un símbolo de su importancia y el significado profundo de su valor: mantener viva y visible nuestra memoria”, señaló la exmandataria en dicha oportunidad.
Hasta ahora se desconoce la fecha de fabricación del símbolo patrio, pero se estima que estuvo flameando en La Moneda hasta 1967, año en que se hizo un recambio de todos los estandartes presidenciales, los cuales, a partir de entonces, comenzaron a ser bordados.
En la ceremonia de esta mañana, la Ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio señaló que “45 años atrás esa bandera estuvo en peligro de ser consumida por el fuego, y hoy aquello es parte de nuestra historia”. Y refiriéndose al Museo de la Memoria, comentó que “el hecho de que este acto ocurra en este lugar también está cargado de simbolismo, porque este museo está para recordarnos lo fundamental que es cuidar nuestra capacidad de diálogo, de respeto y de convivencia democrática”.
Francisco Estévez, director Ejecutivo de la institución, rescató el valor simbólico de la pieza. “Su importancia se debe a que es un símbolo del quiebre democrático que sufrió nuestro país en septiembre de 1973, y su recuperación tiene que ver con cómo somos capaces de preservar esa democracia”, manifestó.
Dentro de las decisiones tomadas a la hora de comenzar con la restauración de la bandera, se consideró el mantener parte de los daños que esta sufrió. Verónica Sánchez, conservadora y restauradora del Museo de la Memoria, manifestó que “somos un museo que tiene piezas históricas y la bandera es un vestigio del bombardeo a La Moneda. Entonces, respetamos mantener los daños que esta tiene, para conservar la historia que conlleva”.
Ahora este estandarte podrá ser visitado en la Zona de Vestigios del museo, ubicada en el primer piso frente a la Sala 11 de septiembre. Se estima que su exhibición inicial será de unos cuatro meses, ya que la pieza, debido a su antigüedad, deberá estar en constante trabajo de restauración y conservación.