Ya se usa hasta como dicho popular: “más porfiado que Evo Morales”, ayer en cadena nacional en Bolivia, Evo Morales dijo que “El estado Plurinacional de Bolivia invita al Gobierno de la República de Chile a reiniciar el diálogo para atender los asuntos relativos para la situación de enclaustramiento de Bolivia y todos aquellos referentes a una relación de buena vecindad y que han sido reconocidos por ambas partes como de interés mutuo. La atención por parte de Chile a esta invocación que realiza la Corte y que Bolivia hace efectiva con esta nota”, donde anunció la entrega de una nota diplomática que, señalan en el Gobierno nacional, aún no ha llegado.
Dichos –que puedes revisar completos aquí– que fueron tomados hasta con gracia por nuestro país. El senador y presidente de la comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Ricardo Lagos Weber (PPD), apuntó a que el 80% del comercio boliviano sale por nuestras cosas y Morales no puede hablar de enclaustramiento. “Creo que el Presidente Morales debe volver a leer el fallo y decir que acepta el fallo de La Haya y no sólo que lo respeta”, dijo Weber.
En tanto, el ex Canciller, Heraldo Muñoz, aseveró que leyó la carta y menciona que “en ningún párrafo habla de restablecimiento de relaciones”, agregando que estas fueron rotas hace 40 años por el país altiplánico. “No existe ninguna supuesta obligación de negociar acceso soberano al mar por parte de Bolivia, eso quedó absolutamente descartado. Si el diálogo va a ser para una mayor integración y emprendimiento, claro, Chile tiene que estar a favor, pero tienen que crearse condiciones favorables y un clima necesario para un emprendimiento”, recalcó el presidente del PPD, enfatizando que debemos hacer una separación entre el pueblo boliviano y el gobierno boliviano para definir el horizonte de entendimiento entre ambos países.
En Alemania, el Presidente, Sebastián Piñera, respondió también a Morales y dijo que las puertas están abiertas a conversar con tres condiciones.
Un cuento de nunca acabar con Morales y donde el Presidente del país altiplánico se juega la reelección, que fue mermada por un fallo claro de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, al frenarle sus aspiraciones marítimas.