En un verdadero puzzle y dolor de cabeza para el Gobierno se ha transformado la designación del nuevo Alto Mando del Ejército que tiene ser dado a conocer por el Presidente Sebastián Piñera en las próximas semanas, debido a los últimos acontecimientos en que se han visto involucrados generales y coroneles en el denominado caso “Empresas de Turismo”, una nueva investigación por desfalco en esta rama de las Fuerzas Armadas y que se suma al conocido “Milicogate”, abriendo un flanco que no tenía prevista La Moneda y que generó que el propio Presidente Piñera enviará una clara advertencia al Ejército:“Es importante que el Alto Mando futuro no tenga ninguna relación ni responsabilidad con estas irregularidades y eventuales malversaciones de fondos públicos. Es un tema al cual estamos prestando mucha atención”.
La ministra en visita Romy Rutherford sorprendió la última semana con el procesamiento y orden de detención del segundo al mando del Ejército, general John Griffiths, acusado como eventual autor de reiterados fraudes al fisco en esta arista. Además, el propio oficial pidió su retiro inmediato de la institución.
Esta baja -obligada- también perjudicó un nombramiento clave para la Defensa como es la designación del Jefe del Estado Mayor conjunto (EMCO), que estaba en manos del ahora designado comandante en Jefe de la Fuerza Aérea, y que al quedar vacante ocuparía Griffiths.
Además, la ministra se encuentra investigando más de 1.500 viajes al extranjero hechos por militares entre 2009 y 2015, quienes habrían comprado pasajes con cargo a las arcas fiscales para luego cambiar la categoría del asiento del vuelo y quedándose con el remanente para usos personales.
A lo anterior también se suma que en otros casos, los uniformados cambiaron el destino del viaje para periplos familiares.
Todo este nuevo caso que involucra desfalco fiscal en el Ejército se transformado en un inesperado y complejo problema para el propio comandante en Jefe, general Ricardo Martínez; el ministro de Defensa, Alberto Espina y para el Presidente de la República, Sebastián Piñera.
Pero por qué causa tanto problema al interior del Ejecutivo. La respuesta es simple, ya que la indagatoria de la ministra Rutherford en lo 1.500 viajes “truchos”, de los cuales 248 involucran a generales y 892 a coroneles, es decir deja en entre dicho a gran parte del actual Alto Mando y a varios generales y coroneles que debieran ascender y conformar en nuevo alto Mando para 2019, cuestión que no puede realizarse mientra la ministra no termine los procesamientos, ya que no sería bueno para el Gobierno y ni para el propio Ejército tener un Alto Mando con integrantes procesados, lo que agudizaría aún más la crisis de la institución militar.
Hay que mencionar que el Mandatario debe nombrar a un general de Ejército como jefe del Estado Mayor Conjunto, pero esto se encuentra prácticamente congelado porque el Ejecutivo no quiere cometer el error de designar un nombre que posteriormente tenga que circular por los pasillos de tribunales y deje el cargo.
En esta línea, el ministro Espina -evidentemente molesto- le ordenó al general Martínez que aplazara en dos semanas la designación del Alto Mando, ya que ese tiempo será usado para verificar en detalle los antecedentes de sus posibles integrantes y los procesamientos que dicte Rutherford, cuestión que tmbién dejó entrever el minsitro e Defensa al señalar que existen otros oficiales que han utilizado el mismo procedimiento.
“Estamos recabando toda la información, se la he pedido al comandante en jefe del Ejército, y estamos trabajando intensamente para conocer exactamente quiénes son los oficiales que puedan tener acciones irregulares en relación a la compra de pasajes por los viajes que hicieron al extranjero”, explicó Espina.
También hay que mencionar que el Ejército queda mal parado luego que el auditor general de la institución, Felipe Cunich, dijo ante la comisión investigadora de la Cámara de Diputados que hasta el momento no se habían encontrado irregularidades sobre el tema.
Sus declaraciones fueron tajantes: “El Ejército, en una investigación previa, lo único que ha constatado a la fecha es que en la sección Pasajes y Fletes del Comando de Personal, a los militares se les ha pagado lo que corresponde a derecho de pasajes en las comisiones y servicios decretadas. No hemos detectado internamente hechos irregulares que pudiesen proponerle al comandante en jefe la disposición de una investigación sumaria administrativa, porque lo único que tenemos es información de prensa que, comparada con nuestros registros, es distinta».
Otro aspecto que podría agudizar la crisis es que el Consejo de Defensa del Estado (CDE) podría hacerse parte, a través de una querella, en el caso, de acuerdo a lo que señala la presidenta del organismo, María Eugenia Manaud, quien en conversación con El Mercurio admitió que una vez que tengan todos los antecedentes del caso lo llevarán al Consejo para adoptar las decisiones correspondientes.
A este nuevo caso de desfalco hay que incorporar el conocido Milicogate en el que ya van más de $5.000 millones el fraude al Fondo Reservado del Cobre a través del pago de facturas falsas como también el gasto en casinos, propiedades, caballos y fiestas. Claro que los dineros de los viajes y pasajes no son de la LRS sino que del presupuesto institucional.
Todo lo anterior se complejiza aún más dado que en estas semanas el Ministro de Defensa acude al Paralamento a explicar y defender el presupuesto para su cartera, mientras la opinión pública está molesta con este nuevo caso de corrupción.