El espacio de carga de una antigua y oxidada camioneta no es un lugar para que un animal viva, y menos un felino adulto.Desgraciadamente este era el lugar donde el puma Mufasa se vio obligado a vivir durante 20 años de su vida, cuando formaba parte de una de las principales atracciones de un circo móvil en Perú.
Pero solo porque un animal sea “interesante” y “especial”, no tiene por qué estar obligado a entretener a las personas. Desgraciadamente hay muchos animales que son utilizados dentro de la industria del entretenimiento en los zoos y en los circos.
Muchos de estos pobres animales se ven obligados a vivir en jaulas diminutas y nunca tienen la posibilidad de vivir la vida en un entorno libre y natural.
Desde entonces, este magnífico felino a menudo ha sido mitificado y muchas personas sueñan con ver a este puma en vivo. Por eso, lamentablemente, hay un mercado para este tipo de circo.
Cuando Mufasa no estaba expuesto, se le mantenía encadenado en la parte de atrás de una vieja camioneta. Y así se vio obligado a vivir entre cadenas durante 20 años una vida que nadie querría tener.
Tras muchos años de terror, Mufasa pudo poner fin a sus desgracias en el año 2015 cuando la organización internacional protectora de animales Animal Defenders lo salvó. Fueron años de mucho trabajo, pero finalmente Mufasa quedó en libertad.
La organización le había captado y estuvo luchando por cerrar el circo peruano donde permanecía enjaulado desde hace muchos años. Mufasa era el último animal salvaje que permanecía en el circo, según Animal Defenders. Ahora, Mufasa ya no tiene que enfrentarse a una vida llena de inseguridades y en constante lucha. Ya no hay personas cerca de él que solo lo utilicen para ganar dinero.
Ahora puede finalmente pasar sus últimos años en libertad. Mufasa no pudo vivir en libertad inmediatamente después de la vida que había llevado. Y por eso se le construyó una reserva cercada para él, donde pudiera vivir en un hábitat natural en el bosque peruano. Aquí estaba protegido y podía moverse en libertad en un ambiente propio para él.
Desgraciadamente Mufasa murió unos meses después de quedar en libertad, en diciembre del año 2015. Su vida en un circo, encadenado detrás de una vieja camioneta, le había lesionado gravemente. Sufría de insuficiencia renal y otros problemas relacionados con la edad.
La historia de Mufasa nos recuerda también que no debemos aceptar que nadie mantenga a los animales salvajes encadenados para mostrarlos como entretenimiento a las personas.