Un grupo de mujeres pidieron este lunes, a través de una carta en El Mercurio, llevar a cabo una reforma al Código del Trabajo que termine con las sala cunas para incentivar el contrato femenino en las empresas.
Francisca Jünemann, Verónica Campino de la Fundación ChileMujeres, Elena Sanz de Más Mujeres, Carolina Etérovic y Francisca Valdés de Mujeres Empresarias, señalan que el desempleo femenino supera el 8%, lo cual es el mayor nivel en seis años, “debido a una mayor cantidad de mujeres que buscan un trabajo remunerado”.
En ese sentido explican que para responder a tal demanda, “resulta indispensable derribar algunas barreras que actualmente enfrentan las mujeres para acceder al mercado laboral formal, y creemos que tenemos una gran oportunidad de la mano de una promesa presidencial: la sala cuna universal”.
“La reforma al artículo 203 del Código del Trabajo resulta crucial, al ser una norma que encarece y desincentiva la contratación, al obligar a las empresas con 20 o más mujeres trabajadoras a tener o a pagar una sala cuna”, sostienen
“Las cifras son reveladoras: la actual ley de sala cuna ha llevado a que el 88% de las organizaciones limite su contratación a un máximo de 19 trabajadoras, y provoca un aumento de la brecha salarial inicial de hasta un 20%. En Chile, tan solo tres de cada diez personas con ingreso autónomo son mujeres”, explican.
Agregan que conceptualmente el derecho a sala cuna es una herramienta para impulsar el trabajo formal de madres y padres, “no es un derecho de los niños y niñas, y así lo han entendido los países que han logrado fortalecer el trabajo remunerado de las mujeres”.
Por tal motivo, proponen un “derecho a sala cuna para padres y madres trabajadoras dependientes e independientes, de hijos menores de dos años, como herramienta de fomento de la corresponsabilidad parental; de empleo femenino, y de disminución de la brecha salarial”.
“Un aspecto clave para que esta reforma al Código del Trabajo elimine las actuales distorsiones que afectan a las mujeres es que el Estado sea el que financie el acceso a la sala cuna y que, en consecuencia, no signifique costos adicionales para las empresas, ya que afectaría la contratación y formalidad laboral”, sostienen.
Las estimaciones que hacen es que en caso de cubrir a padres y madres asalariados con contrato, la iniciativa costaría al fisco entre US$ 147 millones y US$ 191 millones anuales (0,08% del PIB), bajo el supuesto de asistencia del 40%, según el horario de funcionamiento de la sala cuna.
Además, proponen que en caso de que se decida un sistema mixto, financiamiento público y privado, el Estado debería subsidiar a las empresas de menor tamaño, que hoy no están obligadas y que el resto sea cubierto por las organizaciones como ocurre en la actualidad y sin costos añadidos para afectar el empleo.
De acuerdo a los datos que manejan, el 76,5% de las mujeres trabajadoras en el país con hijos e hijas menores de dos años trabaja en empresas que ya proveen sala cuna, por lo que el “fisco tendría que asumir el 23,5% restante, lo que equivale a una cobertura de 26 mil niños adicionales con un costo aproximado de US$ 43 millones (0,015% del PIB). Como referencia, el gasto fiscal promedio en sala cuna de 15 economías de la OCDE es de 0,8% del PIB”.
Este grupo de mujeres también consideran necesario mantener el bono compensatorio para trabajos en horarios o lugares alternativos, como turnos de noche, jornadas parciales en las tardes y sitios aislados, como también cuando la salud del niño o niña así lo requiera para evitar ausentismos y deserciones laborales, generalmente femeninas.
Al respecto, esperan que con la implementación de esta iniciativa al menos 200 mil mujeres ingresen al mercado laboral, aumentando el PIB en 0,69 puntos, contribuyendo a la recaudación fiscal en US$ 645 millones anuales, superando con creces el gasto descrito.