lunes, noviembre 4, 2024

Ex obispo Goic pone en duda el real tratamiento que Ezzati le dio a casos de abusos sexuales

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En una carta que el actual obispo emérito Alejandro Goic le envío al arzobispo Ricardo Ezzati, se cuestiona el tratamiento que este último le dio a los casos de abusos sexuales cometidos por religiosos. La misiva es parte de la investigación que lleva a cabo el fiscal regional de O’Higgins, Emiliano Arias, por un eventual encubrimiento de sacerdotes involucrados en estos delitos.

Según señala El Mercurio, la epístola data del año 213, cuando se hizo público el caso Karadima y fecha en el que Goic era obispo de Rancagua y presidente de la Comisión Nacional de Prevención de Abusos.

En este cargo, Goic le envió la carta a Ezzati, la cual fue incautada por el Ministerio Público desde el obispado de esa ciudad y de la que se desconoce, hasta ahora, si finalmente fue enviada y conocida por el propio cardenal.

El inicio de la carta señala que “en espíritu de fraternidad y con profundo amor a ti y a la Iglesia, quiero abrirte mi corazón para expresar algunas reflexiones que he orado ante el Señor y quiero compartirlas contigo, consciente de mis límites, debilidades y pecados. Esta carta es conocida solo por ti y por mí. Te pido que puedas acogerla con espíritu abierto y sencillo, de alguien que te quiere, te respeta y valora profundamente tu servicio eclesial”.

En una de sus partes, Goic le señala que “a veces tengo la impresión, quizás muy subjetiva, que no compartes los criterios de la Comisión Nacional en estos delicados temas. A su vez, miembros de la Comisión manifiestan su disconformidad frente a algunas situaciones que te ha tocado asumir. A mí no me ha sido fácil. Mantener la comunión contigo y respetar y escuchar los juicios críticos de los integrantes requiere un equilibrio complejo. Quizás, es responsabilidad mía, ha faltado provocar un diálogo fraterno, en que, por el amor al Señor y a la Iglesia, conversemos sinceramente y aunemos criterios en materias que han marcado dolorosamente nuestra Iglesia«.

Además, el entonces obispo de Rancagua le reprocha a Ezzati que no se le estaba dando la adecuada atención a las víctimas.

El caso que más ha impactado en la opinión publica nacional, ha sido el de las víctimas del P. Karadima. Al comienzo de tu servicio fue un signo extraordinario que te reunieras con ellos; después, lamentablemente, esto no continuó. Sé que han sido injustos, duros, incluso a veces han mentido. Pero nada de aquello les quita la condición de víctimas heridas y dañadas«, explica.

Más adelante aborda “la transparencia en estos temas”, indicando que es un “tema crucial. Nos siguen acusando de secretismo, a pesar de todo el esfuerzo que hemos hecho como Iglesia. No hemos logrado cambiar la imagen”.

Goic también le indica que este tipo de hechos en que están involucrados religiosos no hay que verlos como “un pecado gravísimo”, sino que también como “un delito ante la ley civil” y si no se hace cargo los ubica como “cómplices”.

Nadie hoy puede mantener en silencio los abusos de menores. Quien lo hace se pone en situación de terceros y también de cómplices. (…) El eventual silencio termina en filtraciones internas y en rumores. No podemos actuar bajo la lógica de intervenir y decir nuestra palabra sólo una vez que la prensa se entera. Si ponemos a las víctimas en primer lugar tenemos el deber moral de actuar con la verdad. Una política de mayor transparencia es una señal necesaria e indispensable en esta hora”, precisa la misiva.

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