Este viernes, el comandante de compañía de la Brigada Motorizada N°1 de Calama, fue relevado de su cargo mientras se realiza la Investigación Sumaria Administrativa (ISA) en la que se busca establecer responsabilidades en la brutal agresión a un soldado conscripto de 18 años, que resultó con graves lesiones y permanece hospitalizado en el hospital de Calama.
En la previa a esta declaración, en Santiago, el ministro de Defensa Nacional, Alberto Espina (RN) junto al comandante en Jefe del Ejército, general Ricardo Martínez se refirió a este caso señalando: “No hay razón alguna, ni circunstancia que justifique este acto criminal que es que 8 conscriptos golpeen violentamente a otro e incluso lo agredan sexualmente”,
“El Ejército rechaza este tipo de situaciones, se ha resuelto una investigación sumaria administrativa para determinar responsabilidades por la falta de control que hubo en el hecho. Por lo mimo se hizo el relevo del comandante de compañía de la unidad, con el objeto de la investigación sumaria administrativa”, explicó el comandante de la Primera División del Ejército, general de brigada, Rafael Fuenzalida, que además encabeza la investigación que debe entregar un informe en el plazo de 10 días.
El general Fuenzalida, llegó el viernes a Calama y una de sus primeras actividades fue visitar al soldado agredido y su familia.
En tanto, desde Santiago, donde se encuentra la Comandancia en Jefe de Ejército, su titular, general Ricardo Martínez fue enfático en señalar que: “El general Fuenzalida, tiene todas las atribuciones disciplinarias, administrativas y legales para tomar la resolución que estime conveniente”,
Familia pide justicia y reconoce apoyo del Ejército
«Estamos destruidos como padre, hijo y familia. El tema de las acciones las estamos analizando y a mediados de la próxima semana las atenderemos. De momento estamos tratando de asimilar esta situación que nos tiene bastante mal, muy mal», explicó el padre del soldado violentado al diario El Mercurio de Calama, que resguardó la identidad de los denunciantes.
“La verdad es que mi hijo me comentó que había sido acusado de sustraer un celular. Entonces se le acorraló, se le pidió el aparato y él les dijo que no lo tenía, fue entonces cuando comenzaron las golpizas y lo arrastraron hasta los camarines donde continuaron golpeándolo. Luego los agresores se enteraron que el celular y una billetera estaban dentro de un casillero que no era el de mi hijo, quedando de manifiesto que las golpizas las efectuaron por maldad», comentó, agregando que: «Él me dijo que fueron más de ocho los participantes de las agresiones las cuales estamos atendiendo con la ayuda que se nos ha ofrecido desde el Ejército», aseguró.
En relación a la invesigación que lleva adelante la institución uniformada, explicó al medio calameño que: «De momento estamos atentos a lo que precise la investigación decretada, pero este asunto nos tiene muy mal. De hecho esta situación la hemos manejado con mucha reserva para que mi hija pequeña no sufra con las informaciones que dan cuenta de estas agresiones. En eso hemos tenido mucho cuidado», señala el padre del soldado.