La temática de este plantea una reflexión acerca de la discriminación que históricamente ha sufrido la comunidad LGBT+, teniendo como punto de referencia la tragedia ocurrida en aquel club nocturno.

El 4 de septiembre de 1993 fue cuando las llamas acabaron con todo. Sebastián Ayala (El reemplazante, La pasión de Michelangelo, entre otros) director y actor de Agorafobia, para ese entonces vivía en Valparaíso y tenía cinco años. Allí murieron, según cifras oficiales, 16 personas y recién en el año 2010, luego de que el MOVILH presionara, la justicia aclaró el origen del incendio: un desperfecto eléctrico.

No obstante, el caso ya estaba prescrito y más allá de dicha información, no resultaron culpables. Dentro de ese contexto, Ayala junto a su compañía “Teatro a la Deriva” desarrollaron una acuciosa investigación que duró cerca de dos años.

“Sentí la profunda necesidad de tocar el tema de la discriminación homosexual con algo que tuviera que ver conmigo, mis raíces, mi historia, mi ciudad. El barrio El Almendral fue en el que me moví desde pequeño. De manera casi surreal, viví dos años a la vuelta del lugar exacto donde estaba la Divine mientras escribía la obra. Quizás hay algo fuera de lo real allí, una especie de motor que por sí solo iba construyéndose, como diciendo: por favor, cuenten nuestra historia”, señala el director de la obra.

“Leyendo el informe emitido por el MOVILH el año 2010 llegué a la teoría de que el incendio se había tratado de un desperfecto eléctrico. Es una de las versiones que hasta hoy se manejan. Y si bien el caso fue sobreseído por la cantidad de años, siempre sentí que había algo que desde mi área se podía hacer”, enfatiza Ayala.

Contexto actual

A pesar de ser una ficción inspirada en un suceso que ocurrió hace más de 24 años, la temática de la obra se relaciona con lo que hoy se discute en el Congreso Nacional con respecto a la Ley de Identidad de Género. De hecho, en la semana pasada la comisión mixta rechazó las indicaciones del Ejecutivo, las cuales señalaban que esta ley no debía apuntarse como un derecho.

Precisamente, el montaje se enmarca dentro de un género que tiene como base la investigación documental, entremezclándose con elementos ficcionados, proponiendo una reflexión en torno a la transfobia y la homofobia dentro del país. “Desde mi punto de vista, la mayor repercusión está en las nuevas generaciones. Los jóvenes de la comunidad LGBT+ que desconocen este hecho deben saber que nunca más en Chile deben pasar este tipo de casos. Nunca más una madre, una hermana, un padre deben sentir vergüenza por la muerte de su hijo/a LGBT+”, aclara el actor.

Sebastián Ayala también señala que esta obra “nos hace pensar en las prácticas sociales de violencia normalizadas de aquella década, la patologización de la homosexualidad, la marginación social y la moral católica; entre otras. En Valparaíso aún existe mucha especulación en torno al tema. Por miedo o vergüenza muchas personas no se atrevieron a dar testimonios que, en su debido tiempo, pudieron haber propiciado una mejor investigación del caso”.

La obra

El montaje posee un relato onírico no lineal y fragmentado, donde “El Amo”, ex propietario de la discoteque gay, recuerda los últimos días que vivió junto a Sasha, su pareja travesti, y Connie su amante, una transformista nueva de la Discoteque, ambas víctimas de la tragedia.

El amo, sintiéndose culpable por la muerte de ambas, intenta distanciarse de la gente; sin embargo, las noches de insomnio y parálisis del sueño no le permiten olvidar aquellos momentos, manteniéndolo absorto en un limbo inexplicable.

La puesta en escena por su parte, presenta una atmósfera épica que se nutre de las estética de los años 80 y 90. En ella los personajes deambulan entre distintos tiempos y realidades buscando la justicia que dignificará sus muertes

Circulación regional

La obra se presentará el 27 de mayo en el Centro Cultural de San Joaquín, Santiago. A si mismo se contemplan fechas en la quinta región para el 1 de junio en Casablanca, el 9 de junio en Quilpué y el 10 de junio en Quillota.

Todo esto se enmarca en una circulación financiada por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, luego de que “Teatro a la Deriva” se adjudicara un fondart. “Dentro de los objetivos principales, queremos que la compañía salga más allá de Valparaíso y se visibilice en otros territorios. Además, para cada comuna resulta muy enriquecedor poder mostrar trabajos relacionados a las artes que contengan temáticas de género”, ahonda Camila Garrido, productora del montaje.