El diputado de Revolución Democrática e integrante e la Comisión de Hacienda, Giorgio Jackson, salió al paso de la decisión del gobierno de bajar el pago de las contribuciones de bienes raíces, afirmando que lo resuelto por el Ejecutivo es un “bono-descuento” que beneficia a quienes poseen viviendas afectas a este impuesto y una disminución de ingresos a los municipios más pobres.
En una carta enviada a El Mercurio, el legislador señala que sobre el debate que ha generado la rebaja realizada vía decreto por el gobierno al aumento en el pago de contribuciones de bienes raíces, se hace “necesario aclarar unos puntos”.
“La medida administrativa del actual gobierno rebaja, respecto de la medida adoptada en enero por el gobierno anterior, de 9,75% a 9,33% (es decir, en 0,42%) al tramo de viviendas cuyo reavalúo fiscal se ubique entre $33.199.976 y $118.571.329, y rebaja también de 1,138% a 1,088 (es decir, en 0,5%) las viviendas que superen este último monto. Esto, bajo el pretexto de beneficiar a la clase media”, explica.
Más adelante, el legislador señala que “el impacto de la medida del Presiente Piñera, tratando de hacer una analogía, se transforma en un “bono-descuento” para quienes poseen viviendas afectas al impuesto territorial y, al mismo tiempo, en una disminución de ingresos para los municipios más pobres de Chile, dado que la recaudación de este impuesto se destina en un 60% al Fondo Común Municipal y en el 40% al municipio en el que se encuentren los predios afectos”.
Jackson se pregunta “¿qué problema habría en implementar una medida focalizada que realmente beneficie a quienes más lo necesitan, en momentos de dificultad económica? Ninguna, pero aclaremos que ese no es el efecto de esta medida”.
En ese sentido, el diputado señala que “los predios e uso habitacional comienzan a tributar cuando su avalúo fiscal es superior a $33.199.976, cuyo valor comercial puede exceder los 60 o 70 millones de pesos. Por lo tanto, este “bono-descuento” no llegaría a los dueños del 77% de viviendas, adempas de distribuirse de manera muy desigual en el 23% restante”.
Jackson concluye su misiva, indicando que “¿entonces, a quién beneficia más esta medida? ¿Es justo que los municipios más pobres disminuyan la proyección de sus presupuestos a costa de un “bono-descuento” que beneficia en mayor medida a las personas más ricas? El lecto tendrá que responder estas preguntas”.