¿Sabías que una porción de queso al día, sumado a una dieta equilibrada y actividad física, podría ayudarte a proteger el corazón y evitar un infarto?
“Consumo de queso y lácteos y enfermedades crónicas asociadas a obesidad, ¿amigo o enemigo?” es el nombre del reciente estudio hecho en Chile en torno al tema, desarrollado a cargo del vicepresidente del Colegio de Nutricionistas, Dr. Samuel Durán. “Los datos mostrados nos permiten llegar a la conclusión que el consumo regular de este alimento tiene más efectos beneficiosos que perjudiciales”, afirma el trabajo publicado en la revista Nutrición Hospitalaria.
Para su investigación, Durán revisó diversos estudios donde se evidencia que la grasa láctea contenida en un producto como el queso, tiene un efecto protector a nivel cardíaco y que incluso ayuda a reducir la obesidad, ya que pese a ser saturada, los componentes de ella son distintos a la de la carne. El tema cobra una enorme relevancia luego de conocerse las cifras de la Encuesta Nacional de Salud (ENS) que establecieron que el 25% de la población se encuentra en la categoría de riesgo cardiovascular alto. Asimismo, la encuesta indicó que el 74% de la población tiene exceso de peso y 470 mil viven con obesidad mórbida (3,2% de la población).
“Todos los estudios realizados en los últimos años nos muestran una evidencia sorprendente: a diferencia de lo que creíamos, el consumo de quesos y en general de lácteos, dentro de una dieta balanceada y con actividad física, nos entrega beneficios como protección contra infartos, colesterol alto, hipertensión e incluso contribuye a bajar de peso”, dijo Durán.
“Entre los componentes saludables, es posible mencionar una versión del trasns palmitoleico, que es un ácido graso que se encuentra principalmente en los productos lácteos y que se ha asociado recientemente con el aumento del colesterol HDL, disminución de los triglicéridos, menor proteína C-reactiva, menor resistencia a la insulina y menor incidencia de diabetes (DM2) en el adulto”, explica el especialista en su estudio. Por otra parte, el Calcio y el CLA también presentes en el queso puedan participar en la mantención de un buen peso corporal.
Esta situación se puede ver reflejada en Francia, ya que, según la OMS, presenta la menor mortalidad por enfermedades cardiovasculares (ECV), y obstrucción de las arterias coronarias, aunque la dieta muestra un elevado consumo de grasas saturadas, conocido como la paradoja francesa. Además del consumo de vino y de porciones de pequeño tamaño, realizar ejercicio regular, una mayor ingesta de frutas y verduras ricas en fibra, flavonoides, fitoesteroles y queso son factores que, en conjunto, contribuyen a la paradoja.
Consuelo Fuentes, coordinadora del Programa Gracias a la Leche de Consorcio Lechero, explicó que “en Chile se consumen solo dos porciones de lácteos al día. La recomendación de la Organización Mundial de la Salud, el INTA y las guías nutricionales chilenas apuntan a un mínimo de tres porciones de lácteos en una dieta saludable complementada con actividad física”.
En este sentido, el nutricionista resalta la necesidad de incorporar los lácteos en los hábitos de consumo, poniendo hincapié en la etapa escolar. “Los lácteos son fundamentales en la etapa escolar puesto que permiten un desarrollo integral del crecimiento, si a esto sumamos los beneficios que se atribuyen al consumo de quesos, es más que recomendable considerarlos como parte de las colaciones saludables. Ojalá los padres puedan reemplazar, por ejemplo, las bebidas gaseosas por leche o los snacks salados o dulces por un yogurt o un pan integral con queso”.
Según los estudios revisados por Durán, el consumo de lácteos tiene un efecto protector en la salud a diversos niveles y por eso es muy importante que se incorpore desde corta edad, especialmente en niños.