Decenas de miles de argentinos han comenzado a cruzar la cordillera de Los Andes con el anhelo de ver y escuchar al primer Papa de esa nacionalidad de la historia, quien a pesar de la proximidad con su país de origen no visitará Argentina en la gira que este lunes (15.01.2018) inicia por Chile y Perú, destaca la crónica principal de DW.
No obstante, el fin de semana ha sido más tranquilo de lo esperado en Los Libertadores, la principal vía de comunicación terrestre entre ambos países, donde la avalancha esperada no ha sido tal, aunque los encargados confían en que el flujo aumentará.
Los responsables del paso esperan que el flujo aumente a los niveles esperados a partir del lunes, día en que el Papa llegará a Chile, hacia las 23.00 GMT, para iniciar una visita que se extenderá hasta el próximo jueves.
El viernes cruzaron Los Libertadores 5.395 argentinos, menos que el año pasado en igual fecha (6.511), según Nicolás Castillo, coordinador del complejo. El sábado la cifra fue similar.
Para Reginaldo Flores, jefe de la unidad de pasos fronterizos, «es un poco prematuro establecer que ese flujo será la tendencia de la semana. «Esperamos un incremento en los próximos días», subrayó.
En cifras de la Gendarmería argentina, 38.000 personas cruzaron a Chile en los últimos días.
La situación, al parecer cambia en las regiones que visitará el Papa. En Temuco, a 672 kilómetros al sur de Santiago, donde el pontífice estará el próximo miércoles, las autoridades señalaron que ya han comenzado a llegar peregrinos desde el país vecino, esperándose que hasta 300.000 asistan a la misa masiva que encabezará Francisco en una base aérea de las afueras de la ciudad.
Sólo por los pasos de la región de La Araucanía se espera que lleguen unos 160.000 argentinos, dijo a medios locales el gobernador de Malleco, Benigno Quiñones.
«Tenemos un refuerzo en todas las áreas en nuestros dos pasos fronterizos habilitados», aseguró Quiñones, que añadió que además están identificados y vigilados muchos pasos ilegales, para evitar ingresos no permitidos al territorio chileno.
En el ánimo de los argentinos que viajan a Chile por el Papa se entremezclan la expectación por verlo y la frustración por no poder hacerlo en su propio país, al que Francisco no ha vuelto desde que se convirtió en el obispo de Roma, en 2013.