Se trata de la leche. El consumo de leche reducida en grasa luego de realizar ejercicios produce favorables alteraciones sobre el metabolismo proteico, ya que aumenta la síntesis de proteína muscular, lo que conlleva a un mejor balance de la misma.

Cuando se ha estudiado el consumo de leche luego del entrenamiento, con un trabajo de ejercicios de resistencia de al menos 12 semanas, se evidencia un mayor crecimiento de la musculatura y la masa magra tanto en hombres como en mujeres.

También se ha demostrado que no sólo la leche blanca tiene estos beneficios, sino que la leche saborizada, consumida luego del entrenamiento, es igualmente efectiva.

Volviendo a la hidratación, según un estudio de la Loughborough University de Inglaterra, se comprobó que el consumo de leche luego del entrenamiento produce un efecto de rehidratación mayor de los lácteos descremados en comparación con el agua, similar a las bebidas deportivas que contienen carbohidratos y electrolitos.

Óscar Castillo, presidente de la Sociedad Chilena de Nutrición señala que “ha sido demostrado en varios estudios, tanto en niños como adultos, que la rehidratación post ejercicio es más eficiente cuando se hace con leche descremada en vez de agua o bebidas isotónicas. Esto tiene relación con la composición química de la leche, que aporta proteínas y electrolitos como el sodio que ayudan a la rehidratación”.

Castillo también sostiene que “cuando nos enfrentamos a un deportista, el consumo de proteínas post ejercicio ayuda tanto a disminuir la pérdida de masa muscular inducida por el ejercicio como el aumento de la masa muscular producto del trabajo físico realizado para este objetivo”.

Así la leche se podría considerar una bebida deportiva natural, que aporta todo lo que se necesita después de la actividad física.