China está poniendo freno a la construcción de nuevas plantas térmicas a base de carbón, a fin de evitar los riesgos del exceso de capacidad y promover una combinación de energía limpia y de paso da una señal al mundo sobre el compromiso con combatir el acelerado cambio climático.
La construcción de un total de 150 millones de kilovatios de nueva capacidad de generación de energía a base del recurso será cesada o pospuesta entre 2016 y 2020, el período del XIII Plan Quinquenal de Desarrollo Económico y Social, según una declaración publicada este lunes por la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma y otras agencias del gobierno de China.
«La nueva capacidad será estrictamente controlada», anuncia el documento, que cita medidas para hacer frente a las violaciones a la planificación, aprobación y operación de las citadas instalaciones. «Todos los proyectos ilegales de energía a base de carbón serán cesados», asegura una nota de prensa oficial.
Mientras tanto, más de 20 millones de kilovatios de capacidad anticuada serán eliminados, y cerca de 1.000 millones más serán modernizados para utilizar menos energía, producir menos emisiones y ajustarse mejor con el desarrollo de nuevas energías.
El gobierno tiene previsto mantener la capacidad de energía de carbón del país por debajo de 1.100 millones de kilovatios para 2020.
La medida sigue los pasos de una campaña para reducir la escala de la desproporcionada industria pesada nacional, especialmente la minería de carbón y la fundición de acero. Grandes progresos se han logrado en cuanto al cierre de los yacimientos carboníferos ineficientes, y nuevas medidas están en proceso.
El país está reduciendo gradualmente la proporción de carbón en su sistema de generación eléctrica para abrir espacio a las energías limpias, como el gas natural, la energía solar y la energía hidroeléctrica. Para 2020, el carbón representará menos de 58 % del consumo total de energía, frente al actual 60 por ciento.