Jennifer Bowman, de California acaba de hacer algo ingenioso para facilitar la vida del perro de su vecino, Penny, que no paraba de saltar la alta valla que separa ambas casas para decir hola a la mujer y su propio perro.
“Me cansé de que el perro pastor del vecino saltara para cotillear por encima de la valla, así que le hice unos agujeros para que mirara a gusto,” escribió Bowman. “Creo que le gustan.”
Bowman cogió una taladradora e hizo 3 agujeros: dos para los ojos de Penny y otro para que metiera la nariz. Con un gesto sencillo pero ingenioso, hizo muy feliz al perro: ahora puede ver el jardín de Bowman, a su perro y también disfrutar de los olores.