Las vacunas son una gran ayuda para evitar el contagio de enfermedades que pueden provocar incluso la muerte. La doctora Carolina Herrera, de la Unidad de Pacientes Críticos de Clínica Avansalud explica que la humanidad ha logrado vencer algunas enfermedades porque ha conseguido a través de las vacunas, la exposición necesaria frente a ciertas enfermedades en forma atenuada, permitiendo que cada persona genere una memoria inmunológica, para que cuando el germen o la enfermedad irrumpa, no se presente en su forma más grave.
Muchas veces por desconocimiento las personas desconfían de las vacunas “Generalmente se tiende a pensar que las vacunas evitan por completo las enfermedades y eso no es así, las vacunas lo que hacen es permitir que la forma clínica de la enfermedad se atenúe, y en algunos casos de enfermedades graves se evita la muerte” sentencia la especialista.
Efecto Rebaño
El efecto rebaño es el que se produce al vacunar a una gran cantidad de personas disminuyendo significativamente la prevalencia de alguna enfermedad. De esta forma se evita además que personas que son realmente vulnerables, como bebés prematuros, personas enfermas o que están en proceso de quimioterapia, minimicen su exposición a la enfermedad porque hay menos carga bacteriana y viral circulando, “es una responsabilidad comunitaria y social vacunarse, ya que significa cuidar a quienes están con muchísimas más posibilidades de contagio y muerte. Un claro ejemplo de esto, es que es cuando se pide a la familia de un recién nacido, quienes viven con él y tienen contacto a diario, se vacunen contra el coqueluche. Lo que se hace con esta medida es precisamente cuidar a ese niño de la muerte”.
Hay quienes deciden no vacunar a sus hijos o personas vulnerables bajo su responsabilidad, como es el caso de lactantes, ancianos con algún grado de demencia o quienes no tienen capacidad de decidir. Para mediar por ellos, se puede recurrir a una tercera entidad y poner un recurso de protección para que se dé cumplimiento a la terapia y se cumpla el derecho de la persona.
“Los efectos secundarios graves no existen”
“Las vacunas, como todo medicamento se han probado en términos de eficacia y seguridad. Cuando una autoridad sanitaria, en un determinado país autoriza la introducción de un fármaco o una vacuna, es porque se realizó la estimación que los efectos secundarios son absolutamente irrelevantes en comparación con el beneficio que significa para la persona y para la comunidad vacunarse”. Así lo señala la Jefa de UPC de Clínica Avansalud, quien además advierte que un posible síntoma, puede ser el ardor de un hombro, lo que no tiene ninguna importancia si se compara con la muerte de una persona.
En Chile el programa nacional de inmunizaciones es muy serio y el llamado a la población es a confiar en lo que las autoridades han programado para el calendario de vacunas de este año, y asistir a los eventuales programas de revacunación que se realizan en caso que se identifique que no se ha abarcado a toda la población necesaria a o se ha descubierto una cepa de la enfermedad.

Señales de alerta para la influenza
Los principales síntomas son dolor de garganta, coriza, tos, dolores musculares, malestar general y fiebre alta por varios días. “Algunas personas pueden sufrir complicaciones como, neumonía y meningitis, generando dificultad para respirar, convulsiones y compromiso de consciencia”, dice la especialista.
El principal tratamiento para la Influenza consiste en el consumo de un antiviral específico, que ha demostrado acortar un día de fiebre si se inicia en las primeras 48 horas del cuadro. Su uso se recomienda primordialmente en los grupos de riesgo y en personas que presentan cuadros graves.
Sin embargo, la gran mayoría de las personas contagiadas no necesita este medicamento, ya que la mayoría de los pacientes presenta un cuadro que sólo requiere de medidas generales como, reposo, uso de antipiréticos, hidratación oral y aseo nasal.
¿Quiénes se deben vacunar?
Deben vacunarse los niños de entre 6 y 23 meses; las embarazadas con más trece semanas de gestación, adultos mayores de 65 años y más, y personas con enfermedades crónicas respiratorias. Otras medidas complementarias son taparse la cara al toser y estornudar, uso de pañuelos desechables y el frecuente lavado de manos.
Clínica Avansalud recomienda la vacunación en los grupos de riesgo y consultar a un especialista en caso de fiebre alta o persistente y si presentan dificultad respiratoria.