Luego que el Comité Central del Partido Socialista decidiera entregar su apoyo al senador y precandidato del PR, Alejandro Guillier, se esperaba la respuesta que tendría Ricardo Lagos a este hecho, en el sentido de seguir adelante o declinar sus aspiraciones presidenciales. En ese sentido, el ex Presidente en su estado natural de parsimonia y talante de estadista anunció este lunes la bajada de la carrera a La Moneda, enrostrando a su sector, la centroizquierda, no haber producido una convergencia a su proyecto.
En una declaración que leyó a los medios de comunicación, el ex mandatario aseguró que “elaboramos una propuesta programática para conversar y que busca responder con medidas concretas a las demandas del Chile actual, entre ellas, poner fin a los abusos, reemprender el crecimiento y la creación de empleos, hacer retroceder la inseguridad, atacar la discriminación y construir una nación más igualitaria y cohesionada«.
En ese sentido, explicó que «debo admitir que en mi propio espacio político, la centroizquierda, no se ha producido una convergencia en torno a este proyecto, seguramente porque no todos compartimos el mismo sentido de urgencia ante la amenaza de una dispersión estratégica de las fuerzas progresistas y una ola de restauración mercantilista y conservadora que puede durar muchos años«.
Lagos reconoció que sus propuesta no tuvieron el efecto esperado en la opinión pública, asegurando que «no se me pasa por alto que el afecto que he sentido en mi caminar por Chile, no se ha reflejado en un apoyo ciudadano suficientemente amplio«.
«Por estos motivos he decidido renunciar a la aspiración de alcanzar nuevamente la Presidencia de la República. Lo hago con la serenidad de haber actuado siguiendo el mandato de mi conciencia y no persiguiendo intereses personales«, sostuvo.
El ex jefe de Estado replicó que «lo hago con la satisfacción de haber contribuido a una propuesta programática que representa una renovación del ideario de los progresistas chilenos. Lo hago con el orgullo de haber reunido a un grupo de excepción, capaz de ofrecer un camino y un buen gobierno para Chile«.
Y agregó que «los chilenos me conocen: no soy un caudillo. Sé escuchar la voz del pueblo y someterme a su veredicto. Estoy en política para servir al país, no para acumular honores; para robustecer las instituciones democráticas, no para burlarlas; para formular propuestas constructivas, no para hacer gestos populistas ni llamados demagógicos«.
El ahora renunciado aspirante a la primera magistratura del país agradeció el respaldo brindado por el PPD, “los socialistas por Lagos” y de quienes conformaron su comando, el cual era encabezado por el ex ministro Máximo Pacheco y el senador Carlos Montes.
También agradeció a todos los chilenos que lo escucharon y a quienes le reiteraron seguir adelante en la carrera presidencial y “que no renuncien a sus convicciones ni a sus esperanzas de un Chile mejor. La vida continúa«.