domingo, mayo 5, 2024

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A estas alturas de la vida nadie se sorprenderá al saber que ciertos objetos de uso público, como las barras para agarrarse del metro y las perillas de las puertas, son criaderos potenciales de gérmenes, pero la cosa va más allá. Es muy probable que muchas superficies —desde el celular hasta la barba— estén adornadas con materia fecal (sí, eso es, caca).

«Dado que todos producimos y excretamos heces, la materia fecal es algo muy común en el entorno», explica al HuffPost Kelly Reynold, profesora adjunta de la Universidad de Arizona.

En objetos cotidianos e inofensivos como tazas, teclados, estropajos o monederos, hay tanto bacterias coliformes —presentes en las heces— como pequeñas trazas de materia fecal.
Según Reynolds, la materia fecal puede sobrevivir durante días y, en ocasiones, incluso semanas en la superficie. Un grupo de investigadores ha descubierto que en objetos cotidianos e inofensivos como las tazas, los teclados de computador, los estropajos, los bolsos o los monederos se encuentran tanto bacterias coliformes —que están presentes en las heces— como pequeñas trazas de materia fecal.

Evidentemente, estas bacterias pasan a las manos y a los dedos, que suelen estar en contacto con otras partes del cuerpo (¿quién no apoya la cara en la mano en algún momento del día?); lo que significa que es muy probable que acabemos ingiriéndolas.

Pero este problema tiene una solución muy sencilla: la higiene básica. Reynolds recomienda que, con cierta frecuencia, nos lavemos bien las manos con agua caliente y jabón, especialmente después de visitar el cuarto de baño (con frotar durante 20 segundos debería ser suficiente). También es buena idea limpiar con regularidad las superficies con las que se vaya a estar en contacto en casa y en el trabajo.

Como en todo lo relacionado con las bacterias, es posible experimentar efectos secundarios. De acuerdo con Reynolds, si se ingieren estas bacterias, hay posibilidades de sufrir diarrea, dolores estomacales, vómitos o fiebre.

«En personas sanas, las infecciones gastrointestinales suelen ser autolimitantes; es decir, desaparecen por su cuenta en cuestión de días sin necesidad de tratamiento», aclara. «Sin embargo, algunas infecciones pueden durar semanas y dar lugar a complicaciones más graves».

Normalmente es un tema por el que no merece la pena preocuparse, pero hay que acudir al médico en caso de que se experimenten cambios alarmantes de salud. Lo que tenemos que hacer es asegurarnos de que los espacios en los que más tiempo pasamos estén limpios. O, si no, siempre podemos seguir abriendo puertas, tocando pantallas de celulares y acariciando barbas.

Fuente: Huffingtonpost

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