Esta obra, que funde ficción y teatro documental, se desarrolla al interior de una ruca de 8×13 mts. construida con madera y totora, con piso de tierra, techo de coligües y un fogón. Allí, Carmen cocina y se lamenta de la reclusión de su hijo mayor en la Araucanía y de la desaparición del menor en una balacera.

Con música en vivo, el montaje es una metáfora de la violación a los derechos humanos en cualquier lugar y pretende rescatar una cultura despojada y violentada contantemente por fuerzas policiales.

Dirigida por Paula González, la obra pone en escena el texto del dramaturgo David Arancibia, que está inspirado en hecho reales ocurridos en algunas comunidades mapuches:

“Desde la mirada de la dirección incluí una serie de testimonios recopilados en la comunidad de Lencalboldo y Cañete- y parte de la biografías de los mismos actores, con la intención de generar un tejido entre el texto y el lenguaje documental, generando nuevas lecturas en torno a la violación histórica de los derechos humanos que ha marcado el devenir no sólo del pueblo mapuche, sino que la historia de nuestro país”, comenta la directora.

Además de observar parte de la vida cotidiana de una familia mapuche al interior de su ruca, el espectador es testigo del diálogo con el resto de la comunidad violentada permanentemente, como una profesora, un hombre mapuche, la vecina, etc.

En una atmósfera envolvente, íntima, en semi oscuridad, el público podrá conectarse con las raíces más profundas y vivir la experiencia de sentirse en medio del campo de La Araucanía y olvidarse que se está en el centro de la ciudad a una cuadra del metro.

Temporada: hasta el 5 Feb

Horarios: Mi a Do, 19 h Plaza Central