Luego de dos semanas de incendios forestales en Chile. Los más graves, después del gran incendio de los bosques patagónicos de Aysén, se reinstaló la discusión sobre los riesgos de las plantaciones de bosques de eucaliptos y pinos en Chile.
Por estos días han salida defensores y detractores de estas plantaciones que son el soporte principal de la llamada industria maderera y de celulosa chilena, tal como lo planteo el Dr. Alejandro Peña, profesor de la Universidad Católica del Maule el viernes pasado en una breve pero clarificadora carta en la que señala: «Por razones económicas de corto plazo, fue permitir la sustitución del bosque nativo por especies foráneas que no son apropiadas para la zona central, porque degradan la tierra y porque son fáciles de incendiar al no permitir el crecimiento del sotobosque, con la consecuente desaparición de la fauna y flora que tenía el bosque nativo” (Ver nota completa Académico alerta…
Pero esta discusión no es nueva, desde los años 50 que se vienen desarrollando estudios sobre los pro y contra de estas plantaciones. Así, en 1987 la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación FAO, emitió un completo estudio que realizó en conjunto con la Agencia internacional Sueca para el Desarrollo, que titula «Efectos ecológicos de los eucaliptos».
Dada la relevancia del tema y considerando que es un aporte científico a la discusión que se da en nuestro país reproducimos parte del estudio y sus conclusiones, y al mismo tiempo incluimos el informe completo que ya en esa época alertaba sobre los riesgos para el agua y cómo favorece la erosión.
El informe plantea que: “Los bosques del mundo se están cortando actualmente a un ritmo muy superior al de su sustitución. En los países, como promedio, sólo se planta una hectárea (ha) mientras se desmontan 10 has de bosques naturales. Hay grandes y crecientes demandas de madera para uso industrial y para atender las necesidades de combustible, especialmente en los países en desarrollo de las zonas tropicales, con sus poblaciones en aumento.
Para responder a esta situación se suele adoptar la solución de plantar especies arbóreas exóticas de crecimiento rápido y de gran uso. Un grupo de tales exóticas se encuentra en las más de 600 especies del género Eucalyptus, cuya popularidad como especies de plantación puede atribuirse a que son generalmente muy adaptables, de crecimiento rápido y con una amplia variedad de usos, desde madera aserrada y productos elaborados de la madera hasta combustible de gran valor calorífico, y también para una serie de usos ambientales y ornamentales. Esta popularidad puede juzgarse del hecho de que más de 80 países han mostrado interés por los eucaliptos y han plantado más de 4 millones de has en todo el mundo, fuera del ámbito natural de Australia, Sudeste de Asia y el Pacifico”.
Sin embargo –explica el documento- en medio de esta popularidad, se ha producido un estado creciente de opinión que sostiene que los eucaliptos ocasionan una serie de males a corto o largo plazo, empobreciendo el ambiente, en cuanto a los suelos, la disponibilidad de agua y la vida silvestre, incluso cuando las plantaciones se han establecido en tierras baldías, desprovistas de cubierta arbolada. Algunos países han prohibido incluso la plantación de eucaliptos. Debido, por una parte, a esta crítica creciente y por otra, a los grandes beneficios potenciales que los eucaliptos pueden aportar a los programas forestales de los países en desarrollo, la FAO decidió aceptar el ofrecimiento hecho por la Agencia Internacional Sueca para el Desarrollo (SIDA) para llevar a cabo este estudio.
El estudio científico analiza en profundidad las características, ventajas y desventajas que producen las plantaciones de este árbol, señalando por ejemplo: “La plantación de extensos bosques de eucalipto en cualquier cuenca deforestada, reducirá sustancialmente la producción de agua de esa cuenca, y la tala de estos bosques la aumentara” (Pág.25).
También establece que “La recogida de la hojarasca para combustible predispone el sitio hacia la erosión. Puede desplazar la agricultura en terrenos adecuados para la producción de alimentos. Se apropia de terrenos para la plantación, desplazando la mano de obra”, señala el estudio en su página 63.
Revise el informe de la FAO: INFORME FAO EUCALIPTOS 1987
En conclusión –señala el informe- luego de haber examinado con gran minuciosidad las evidencias disponibIes, se debe recalcar que no hay ni podrá existir una respuesta definitiva, a favor o en contra de las plantaciones de eucaliptos: examinado cada caso en su dimensión individual. No se puede vislumbrar entonces, como la investigación futura de tipo general, aunque, más detallada, podría modificar esta conclusión. Se hace énfasis en que no deben plantarse los eucaliptos, especialmente en gran extensión, sin una evaluación cuidadosa y sensata de las consecuencias sociales y económicas, y sin hacer un gran esfuerzo para equilibrar las ventajas y desventajas.
Lo anterior puede hacerse probablemente mejor, mediante un examen característico de las condiciones ecológicas y de las necesidades de la comunidad local. En relación con la ecología, habrá una gran ayuda con el conocimiento de los resultados de la investigación básica sobre el agua, los nutrimentos, etc., a los cuales ya se hizo referencia.
La investigación especial de corto plazo sobre determinados sitios, puede ayudar en alguna forma para la toma de decisiones localmente; pero los resultados de estas investigaciones no deben extrapolarse a otras condiciones diferentes, ni deducirse de ellas generalizaciones inseguras.