martes, noviembre 5, 2024

Papa Francisco: “Es hora de que las armas callen definitivamente”

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Este domingo de Navidad, el Papa Francisco, somado al balcón de la logia central de la basílica de San Pedro para impartir la tradicional bendición «urbi et orbi» de Navidad, Francisco fue invocando este domingo (25.12.2016) la paz ante todas las guerras y males del mundo.

El pontífice argentino explicó que los ángeles anunciaron «paz en la tierra» con el nacimiento de Jesús y agregó que este anuncio quiere llegar hoy «a todos los pueblos, especialmente los golpeados por la guerra y por conflictos violentos, y que sienten fuertemente el deseo de la paz».

El pontífice pidió la paz para «la martirizada Siria, donde demasiada sangre ha sido derramada» y «sobre todo en la ciudad de Alepo, escenario, en las últimas semanas, de una de las batallas más atroces».

«Cristo resucitado indica caminos de esperanza a la querida Siria, un país desgarrado por un largo conflicto, con su triste rastro de destrucción, muerte, desprecio por el derecho humanitario y la desintegración de la convivencia civil. Encomendamos al poder del Señor resucitado las conversaciones en curso, para que, con la buena voluntad y la cooperación de todos, se puedan recoger frutos de paz y emprender la construcción una sociedad fraterna, respetuosa de la dignidad y los derechos de todos los ciudadanos. Que el mensaje de vida, proclamado por el ángel junto a la piedra removida del sepulcro, aleje la dureza de nuestro corazón y promueva un intercambio fecundo entre pueblos y culturas en las zonas de la cuenca del Mediterráneo y de Medio Oriente, en particular en Irak, Yemen y Libia. Que la imagen del hombre nuevo, que resplandece en el rostro de Cristo, fomente la convivencia entre israelíes y palestinos en Tierra Santa, así como la disponibilidad paciente y el compromiso cotidiano de trabajar en la construcción de los cimientos de una paz justa y duradera a través de negociaciones directas y sinceras. Que el Señor de la vida acompañe los esfuerzos para alcanzar una solución definitiva de la guerra en Ucrania, inspirando y apoyando también las iniciativas de ayuda humanitaria, incluida la de liberar a las personas detenidas».

«Es muy urgente que se garanticen asistencia y consuelo a la extenuada población civil, respetando el Derecho Humanitario. Es hora de que las armas callen definitivamente y la comunidad internacional se comprometa activamente para que se logre una solución negociable y se restablezca la convivencia civil en el país», exhortó Fracisco.

«Escribir nueva página de la Historia”

A los israelíes y los palestinos les pidió que «tengan la valentía y la determinación de escribir una nueva página de la Historia, en la que el odio y la venganza cedan el lugar a la voluntad de construir conjuntamente un futuro de recíproca comprensión y armonía».
Deseó «unidad y concordia» para Irak, Libia y Yemen, «donde las poblaciones sufren la guerra y brutales acciones terroristas» y también en Birmania (Myanmar) y que se alivien las tensiones en la península coreana.

Con tono apesadumbrado, Francisco recordó la situación en Nigeria, «donde el terrorismo fundamentalista explota también a los niños para perpetrar el horror y la muerte».

Pidió la paz en Sudan del Sur y en la República Democrática del Congo y también en Ucrania oriental, «donde es urgente una voluntad común para llevar alivio a la población y poner en práctica los compromisos asumidos».

Bendición para Colombia y Venezuela

También recordó el momento que vive Colombia tras la firma del acuerdo de paz, al pedir «concordia para el querido pueblo colombiano, que desea cumplir un nuevo y valiente camino de diálogo y de reconciliación»

Agregó que «dicha valentía anime también a la amada Venezuela para dar los pasos necesarios con vistas a poner fin a las tensiones actuales y a edificar conjuntamente un futuro de esperanza para la población entera».

«Paz a los que han perdido a un ser querido debido a viles actos de terrorismo que han sembrado miedo y muerte en el corazón de tantos países y ciudades», invocó.

E Instó a una paz «no de palabra, sino eficaz y concreta» para todos «nuestros hermanos y hermanas que están abandonados y excluidos, a los que sufren hambre y los que son víctimas de violencia».

Después, Francisco impartió la bendición «urbi et orbi»(a la ciudad y al mundo) y pidió una Navidad llena de «solidaridad».

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