Andy mientras trabajaba para la reconocida editora Miranda Priestly, pasó de ser una inexperta e insegura asistente a una fashion insider, aprendiendo a deletrear ‘Gabbana’ y cual era el origen del azul cerúleo pero… ¿Qué tan cierto es lo que vimos en la exitosa película? Si te gustaría formar parte de la ajetreada industria de la moda, toma nota, desvelamos la realidad detrás del mito.
Miranda Priestly
No, Miranda no es real, no existe el personaje de la Directora Editorial como lo representan en el cine. Claro que se necesita carácter y determinación para tomar las decisiones correctas y mantener los altos estándares de calidad de la publicación pero al momento de armar una revista el trabajo en equipo es fundamental. Sí, las editoras son muy respetadas, pero también son personas reales y accesibles.
Dress to impress
Sí, la presentación es valiosa. Vas a ir a eventos y vas a conocer a personas importantes, la impresión que des va a ser tu business card.
Flash Fashion
“Blink and you’ll miss a revolution”, así funciona la moda. Siempre en movimiento. Podemos afirmar con toda certeza que la industria sí se mueve a la velocidad de la luz.
You need Chanel!
Todos necesitamos de Chanel, Prada o Gucci, pero trabajar en la industria de la moda no implica que podrás comprar todo. Entrar a las oficinas de Vogue no quiere decir que verás los zapatos más caros y las bolsas más deseadas desfilar por los pasillos.
Frenesí
100% verdadero es que, de pronto, todo se puede volver un poco frenético. Los días de cierre son una locura: jornadas interminables en la oficina, cambios de último minuto, y mucho, mucho estrés, todo para garantizar que la edición del mes quede perfecta.
Coffee Break
Al igual que para Miranda Priestly, el café es un must en la oficina. Tres cafeteras, cientos de tazas y una que otra visita a Starbucks, así sobrevives a una jornada laboral en el mundo editorial.
Clean Eating
No somos como Emily, necesitamos más que un cubo de queso para sobrevivir y sí, comemos carbohidratos. La mayoría del equipo somos foodies y cuando llegan pasteles o chocolates a la oficina, nos abalanzamos sobre ellos. Aunque debemos admitirlo, también somos health junkies y amantes del fitness.
Work, work, work, work
La parte con la que más podemos identificarnos de la película es que es un trabajo 24/7. Pertenecer a esta industria implica que de pronto tendrás que trabajar en fines de semana, desvelarte y sacrificar vacaciones y compromisos personales.
All is in the detail
Cuando tienes que hablar de tendencias, escoger los mejores looks de la temporada o hacer el styling de una sesión de fotos, te das cuenta de que los detalles importan y que todo el proceso es más complejo de lo que parece. Y sí, una hebilla puede hacer que un cinturón azul cerúleo sea completamente diferente a otro.
El closet
En la película vemos pasillos llenos de ropa y accesorios. Es cierto que recibimos regalos con frecuencia y, de hecho, existe un closet en la oficina, pero la imagen que vemos en la pantalla está muy alejada de la realidad. Piensa en él más como una bodega donde guardamos bajo llave todos los préstamos editoriales y los regalos, los cuales repartimos entre todos los miembros del equipo cuando llega el fin de año.
Fuente: Vogue