En unos días más miles de niños del país celebrarán una vez más la fiesta de Halloween. Para rescatar el lado positivo de esta fecha, donde en Chile el mercado y la publicidad han incentivado la fiesta con elementos llamativos para los niños, como son los disfraces y golosinas -especialmente preparados para la ocasión- Claudia Chamorro, psicopedagoga y editora de Editorial Caligrafix -www.caligrafix.cl- aconseja rescatar aspectos positivos de esta fecha.
En su opinión, “los disfraces y juegos de roles son actividades que permiten ampliar experiencias y desarrollar habilidades sociales y emocionales en los niños. Además de ser una actividad muy atractiva y motivadora para ellos, los disfraces les permiten ver el mundo desde otra perspectiva, logrando mayor iniciativa y dinamismo al actuar y al comunicarse”.
También estimulan el pensamiento simbólico, su creatividad e imaginación, ya que ellos “no sólo están usando atuendos de algún personaje ficticio o de fantasía, sino que sienten, piensan y actúan como ese personaje”, explica la especialista.
Junto a ello, les permite interactuar con otras personas, ya sean niños o adultos, de una manera diferente y lúdica.
Por esta razón, Chamorro sostiene que “es importante que la familia sea parte de este momento de distracción y entretención, que los niños se sientan estimulados y acompañados ya que no solo hay que disfrazarse, hay que salir a la calle también, ver a otros seres fantásticos caminando por su barrio, llamar a la puerta de los vecinos, saludarlos, hablarles y reunir la mayor cantidad de dulces posible”.
Y finaliza, “Halloween es una perfecta ocasión, en que tanto niños y adultos, pueden relacionarse con otros miembros de su comunidad. Al reunirse y compartir con vecinos del barrio en un ambiente de festividad, los niños reconocen este ánimo de alegría y entusiasmo y lo sienten como una característica de su entorno”.