La pareja de Rafael Garay, el llamado «gurú de las finanzas» que se convirtió en prófugo de la justicia, declaró ante la Policía de Investigaciones (PDI) de Concepción.
Antonella Torelli aseguró que a los detectives que nunca pudo confirmar la existencia de la enfermedad reconocida por el propio ingeniero comercial, según consigna Radio BÍo Bío.
Además, dio pistas de la personalidad de Rafael Garay apuntando a abuso de alcohol y maltratos.
Torelli habría señalado a los investigadores que el denominado «economista» mantenía una relación con una mujer en Rumania. Este dato explicaría el último paradero conocido del economista.
Al respecto, el fiscal José Morales, quien obtuvo la orden de captura contra Garay por el delito de estafa, explicó a La Tercera que pese a que el prófugo aseguró públicamente que está aquejado de cáncer, «no hay datos de la efectividad de lo anterior (…) es posible que su enfermedad haya sido utilizada como parte del engaño para mantener el negocio y no restituir los dineros administrados».
“Se solicita autorización judicial para que las clínicas u hospitales en que el imputado Rafael Garay se haya atendido remitan su ficha clínica completa y el historial de atenciones”, agregó.
Por tal razón, el tribunal accedió a incautar el historial médico de Garay y a congelar sus cuentas bancarias, y ordenó a los bancos informar si hay movimientos en las cuentas del economista.
Carta que envió Garay a esposa de Iván Núñez
Garay envió una carta a Marlene de la Fuente, esposa del periodista Iván Núñez, donde detalla la forma en que le pagaría el montos adeudado que alcanzaría $76 millones.
“Estimada Marlene: junto con saludarte quiero compartir una información muy relevante. Debido al ahora delicado estado de salud que enfrento, he tomado la decisión de cerrar la empresa Think & Co. que he dirigido durante 10 años, y que como bien sabes, ha generado resultados positivos a nuestros clientes”.
Para tales fines, indicó Garay, se creó un mecanismo que le permitiría restablecer lo invertido a sus clientes, junto con las utilidades generadas. Mecanismo que está dividido en tres etapas y abarcó a 518 inversores.
La primera constaba del fin unilateral de 418 contratos, que “correspondían al 83,1% de los recursos administrados (…) los que han sido entregados a sus dueños casi en su totalidad, quedando un pequeño porcentaje por entregar”.
La segunda implicaba que se iba a rescindir 60 contratos adicionales, que correspondían al 9,37% de los fondos que tenía la empresa. Finalmente, se refiere al grupo de clientes cuyas deudas aún no habían sido pagadas.
“Una tercera etapa, donde mantuvimos los contratos y gestión de fondos de nuestros clientes más cercanos, y que implica rescindir los 40 clientes finales, que corresponden al 7,53% de los recursos administrados”, señala en la misiva.
“Si estás recibiendo este correo, es porque estás dentro de los clientes que siempre consideré más cercanos, y con los que más me gustó trabajar. Y por ende esta es la etapa que te corresponde. El plazo máximo para entregar los recursos comprometidos no debería ser superior a 56 días calendario (o corridos). Se establece este plazo como máximo para reintegrar el 100% de los recursos administrados, aunque puedes contar con nuestro mejor esfuerzo para que, en definitiva, el tiempo que debas esperar sea inferior (y confiamos que así ocurrirá)», concluye.