Las manifestaciones en contra de las AFPs que se realizaron en todos Chile el pasado domingo se ha tomado la agenda e irrumpe imponiéndose en la agenda pública y política, abriendo un nuevo frente para la alicaída y mal llamada «clase política». A pesar de este llamado de atención, este lunes La Moneda reaccionó con cautela y se limitó a reseñar el cuestionado proyecto de AFP estatal que está congelado en el Congreso.
El sistema lleva operando en Chile hace 35 años, pasa por su peor momento en lo que respecta a su legitimación.
Para el experto de la Universidad de Santiago, Dr. Cristián Parker, este fenómeno que se organizó vía redes sociales “estamos frente a una toma de conciencia masiva que no me cabe duda que a futuro se traducirá en mayores movilizaciones. Esto también será capitalizado desde el punto de vista político para intereses electorales”.
Por su parte, el sociólogo Alberto Mayol, advierte que la manifestación del fin de semana da cuenta de “radicales posturas respecto a modificar el sistema de AFP”, lo que, a su juicio, “ofrece una alternativa para la irrupción de candidatos disidentes”.
El especialista en sociología del desarrollo prevé que el tema será abordado principalmente en las elecciones presidenciales del próximo año. No obstante, “incluso en las municipales ya aparecerá el tema”, asegura.
Parker explica que la movilización da cuenta de una crisis en el sistema de AFP. “A nivel de la opinión pública, el sistema está colapsando. Hay una toma de conciencia de la ineficacia del sistema que, si ya existía, se ha magnificado producto de los últimos acontecimientos conocidos en Gendarmería”, sostiene en alusión a las abultadas pensiones en el organismo que fueron dadas a conocer por la prensa.
Para el investigador del Instituto de Estudios Avanzados (IDEA) del plantel estatal, la movilización da cuenta de que la población está percibiendo el contraste entre la rentabilidad de las AFP versus sus propias pensiones. “La percepción en la opinión pública es que la rentabilidad se está yendo hacia otro lado y que ello no redunda en beneficios para los propios afiliados”, explica.
“Así como a propósito de la educación se comenzó a rechazar masivamente el lucro en el sentido de que instituciones privadas recibían aportes del Estado y, sin embargo, tenían beneficios particulares, también hay un rechazo al sistema de rentabilidad. Eso significa un rechazo al lucro en la previsión social y las jubilaciones”, indica.
Radicalización de posturas
El sociólogo de la Facultad de Administración y Economía (FAE) de la Universidad de Santiago, Alberto Mayol, concuerda en que “una movilización de esta envergadura contagia y va a seguir creciendo por distintos lados. Los coordinadores, probablemente, sumarán más actores a las marchas y las harán colectivas”.
El experto indica que las encuestas ya daban indicios de este malestar, pero que esto no se traducía en movilización. “Hoy eso cambia y vemos una aparición más o menos inédita, con radicales posturas respecto a modificar el sistema de AFP. Las marchas antes eran pequeñas, marginales y no visibilizadas suficientemente. Ahora, tenemos un escenario completamente diferente”, explica.
El especialista asegura que en las campañas políticas que vengan a futuro el tema “va a estar más fuerte”. Sin embargo, sostiene que las principales coaliciones políticas “querrán decir cosas al respecto, pero difícilmente instalarán radicalmente el tema, lo que ofrece una alternativa para la irrupción de candidatos disidentes”.
“Esta no es solo una crítica a las pensiones, sino que fundamentalmente al modelo social, al punto que llegamos a elementos articuladores: el sistema de pensiones es fundamental para el funcionamiento de la Bolsa de Comercio y de las grandes compañías. Un cambio a este nivel implica una revolución para el sistema económico”, complementa.
Finalmente, el experto concluye que “lo que se rechaza es un malestar muy consolidado respecto al hecho de que las posibilidades de obtener rendimiento económico estén asociadas a sistemas de privilegios. Eso se manifiesta en una crítica social muy intensa que está vinculada a una situación que no veíamos desde el movimiento estudiantil, lo que revela que la movilización social logra encontrar un canal de expresión y migra a ese canal. Primero fue con los jóvenes y ahora está asociado a personas de más edad”.
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