El próximo martes será votado en la Comisión de Régimen Interno de la Cámara de Diputados una propuesta de “Estatuto parlamentario” elaborado por la mesa de la Corporación, presidida por el diputado PPD Marco Antonio Núñez.
El documento fue distribuido por el vicepresidente de la Cámara, Patricio Vallespín, a los jefes de bancadas, a quienes se les pidió revisar la iniciativa y luego comenarla con sus pares. Si embargo, no les entregó una copia.
Según explica La Tercera, el recelo se debe a que el contenido de la propuesta podría generar «reticencias» entre los parlamentarios por cuanto se trata de un estatuto que elimina beneficios con los que hoy cuentan los diputados.
Y tal como se esperaba: inmediatamente comenzaron los reclamos de algunos parlamentarios.
El nuevo estatuto propone fijar 15 días hábiles de vacaciones para cada diputado durante febrero, al que se agregarán días de manera progresiva de acuerdo a los años en los que ha cumplido labores parlamentarias.
“En otros parlamentos y congresos existe una variedad de modelos al respecto. La regla general es la división de este beneficio en más de una fecha del año. Atendida la realidad de nuestro país, se establecen dos fechas para hacer efectivo ese feriado, una colectiva que comprenderá a todo los diputados y que se hará efectiva en el mes de febrero por, al menos, dos semanas, y el resto de los días que correspondan, según la proporcionalidad que les otorga a cada diputado sus años trabajados, como establece la legislación laboral, en otra oportunidad en el curso del año”, dice el documento.
«La idea es que los diputados tengan el descanso con goce de remuneraciones al que todo trabajador con más de un año de servicio tiene derecho», agrega.
Otro punto que saco ronchas entre los diputados dice relación con que ya no podrán acumular millas por viajes realizados en su calidad de parlamentarios, ya sea en Chile o el extranjero.
“La Cámara de Diputados ha acordado que no corresponde la acumulación automática de millas en sus compras de pasajes aéreos nacionales e internacionales. En consecuencia, a partir de la fecha de dicho acuerdo queda prohibido el uso de millas provenientes de viajes aéreos pagados con cargo institucional”, señala el estatuto.
En otras palabras, se restringirá la compra de pasajes en clase Business, además de hacer obligatoria la adquisición del billete en la línea aérea más económica disponible, y no se permitirá permanecer en el lugar de viaje más allá del tiempo oficial.
“En el caso de los pasajes aéreos, estos corresponden a clase económica en todos los viajes que no superen las ocho horas de vuelo y sólo se puede viajar en una clase superior a esa si el viaje es mayor a dicho tiempo (igual que los ministros de Estado). En ningún caso puede viajarse en primera clase en los vuelos que tengan esa categoría. La Corporación define el itinerario oficial conforme a las ofertas de todas las líneas aéreas que operen en el mercado, debiendo elegirse siempre la más barata, considerando hasta una escala no obligatoria. No está permitido el ‘stop over’ o cualquier otra modalidad que implique una estadía privada junto a un viaje oficial”, afirma el texto.
De igual modo, se pone término al uso de pasaporte diplomático para esposas e hijos de parlamentarios, una práctica que facilita la entrada y salida del país: “El pasaporte oficial debe ser utilizado en viajes oficiales. Si dicho instrumento es utilizado en viajes particulares, por esa sola circunstancia el desplazamiento queda sujeto a las normas sobre transparencia activa. Por acuerdo de la Cámara de Diputados este beneficio no es extensivo a los cónyuges y parientes de los diputados”.
De aprobarse el estatuto propuesto, los diputados deberán cancelar sus almuerzos y cenas, lo que supone que deberán anotarse para el descuento respectivo de sus viáticos.
De acuerdo a un parlamentario, la cancelación de este beneficio reportará alrededor de $ 100 millones anuales en el presupuesto general de la Cámara de Diputados, adonde actualmente se carga este gasto.
“Hasta 1973 existía la posibilidad de que los parlamentarios pudieran invitar un número limitado de personas a las tradicionales ‘once’ de la Cámara de Diputados. En la actualidad no existe ese servicio y los diputados deben cancelar de su dieta cualquier gasto que irrogue los servicios a sus invitados, incluida su familia. Los almuerzos y cenas de los parlamentarios en días de sesión de sala son imputados a su viático”, declara el nuevo estatuto.
Las normas propuestas constituyen un esfuerzo institucional de la Cámara de Diputados por incorporar las demandas de probidad exigidas por la ciudadanía para el desempeño de la labor parlamentaria.
El Senado, ¿hará lo mismo?