El ministro Burgos, valoró la decisión del Director administrativo de la Moneda y señaló con ironía “enhorabuena señor Riquelme, por colocar en su declaración de patrimonio algunos términos que había omitido”. A reglón seguido el secretario de Estado se “lavo las manos sobre la decisión de mantener al administrador de La Moneda, “esa decisión no me corresponde” señaló. Se puede inducir entonces, que no necesariamente la confianza de la Presidenta y de su ministro del Interior coincide sobre el administrador de La Moneda.
Hábil el ministro del Interior, ya se maneja en los pasillos de La Moneda, en los que cada vez está más claro, que existen personajes intocables, entre ellos Riquelme. Se le puede presionar, pero no se puede esperar ir más lejos, es de la confianza de la Presidenta, o podríamos decir mejor es de la” desconfianza” de la mandataria; que es lo que lo protege: Riquelme sabe mucho.
Se ha visto involucrado en el caso Caval, en las boletas del ex ministro Peñailillo en el SQM -que le costó su salida- en entregar información parcelada al vocero del gobierno, cuando estalló el escándalo del computador de Sebastián Dávalos en La Moneda, y fue una conclusión unánime la petición de la comisión parlamentaria sobre el Caso Caval, en pedir su salida. En eso existió total acuerdo, como en las mejores épocas de la Concertación entre el oficialismo y la oposición. Y la presidenta “como si lloviera” no se ha pronunciado sobre el tema, y nada indica que lo va a hacer.
Cómo lo señaló el diputado socialista Juan Luis Castro, partícipe de la Comisión Caval cuando se le preguntó cómo se explicaba la permanencia de Riquelme, “ luego de sus vínculos en el caso Caval, los nexos con Martelli y SQM y su rol en la sociedad Nido de Águila, con el financiamiento de la campaña de Bachelet , éste contestó de manera contundente: “él tiene un padrino que se llama Rodrigo Peñailillo”.
En La Moneda Peñailillo sigue penando, y ese puede ser uno de los factores que han complicado el empoderamiento de Burgos. Riquelme es uno de sus hombres de la confianza del ex ministro del Interior, que ha sabido manejar sus silencios, protegido por Enrique Correa y asilado en la Flacso.
Sus silencios, han ido junto a señales que podría hablar si no se le da la protección que demanda de La Moneda. En el caso de Riquelme el mensaje implícito es:mantengo mi silencio si sigo en el cargo. No olvidemos las declaraciones de Compagnon y Dávalos en la Fiscalía, en la sostuvieron que había existido una conspiración del ex ministro de Peñailillo en contra del ex director socio cultural de la Moneda en la que se expresó en los hechos una clara demanda frente al doble estándar que ha tenido La Moneda, frente al Caso Caval. Toda la protección a Peñailillo y a los G90, mientras mantengan su silencio.
Riquelme no es cualquier funcionario. Cuando la Presidenta volvió a Chile en marzo del 2013, fue el brazo derecho de Peñailillo ocupó el cargo de administrador de Somae, la empresa que se utilizó para manejar los recursos de la campaña, una función que no le era extraña, ya que durante el primer Gobierno de Bachelet fue el administrador de La Moneda, tal como ahora. Un puesto de confianza, que depende directa y exclusivamente de la Mandataria, que formalmente es director administrativo de la Presidencia y por el cual recibe uno de los sueldos más altos de Palacio: 7 millones 385 mil pesos.
El vínculo de Riquelme con el otrora núcleo duro del bacheletismo se generó a través de Peñailillo, ambos fueron compañeros de colegio y de universidad, son amigos, es parte del círculo más íntimo y de confianza del ex ministro del Interior, una pieza clave de la aparentemente derrotada G90.
Tras un repaso a la cuenta bancaria del geógrafo y operador político del PPD, el nombre de Riquelme volvió a aparecer, recibiendo los pagos más contundentes: ocho giros por un total de $32.5 millones. El primero se realizó el 11 de marzo de 2013 por $3 millones, el segundo se efectuó catorce días después por un monto de $2.5 millones, el 2 de abril Martelli pagó otros $2 millones a Riquelme, en tanto que los días 10 y 12 del mismo mes hubo otros dos giros adicionales, de $5 millones cada uno. Los últimos tres depósitos, también por $5 millones cada uno, fueron el 30 de mayo, y el 14 y 16 de agosto.
Cuando recién agarró vuelo el caso SQM, en marzo, la Presidenta Bachelet ordenó una revisión con lupa de todas las boletas y pagos que se realizaron durante su campaña, algo que en reiteradas ocasiones utilizaron públicamente como argumento las autoridades de La Moneda para aseverar que todo estaba en regla. Y fue Riquelme el encargado de revisar una a una las boletas del comando, aunque nunca advirtió sobre las facturas que emitió Peñailillo a la empresa de Martelli, las que le valieron a éste su salida de La Moneda y su quiebre total en la relación de confianza con la Mandataria. Sin embargo, esta falta tampoco fue sancionada. A Riquelme todo se le perdona.
Y la “guinda de la torta” se supo esta semana que el director administrativo Cristián Riquelme, autorizó el desembolso de más de tres millones de dólares por trato directo, durante 2015 lo que incluye la producción, montaje y la realización de grandes eventos.
Se tratan de compras a dedo, a lo que debemos agregar el contrato por 40 millones de un documental sobre los dos primeros años del segundo gobierno de Bachelet, a cargo de la cineasta Tatiana Gaviola. Todo esto sin licitaciones de ningún tipo. Por eso al margen del apoyo de Peñailillo, lo cierto es que Riquelme se mantiene en su cargo por la desconfianza de la Presidenta que el administrador hable lo que no debe. Para eso la única forma de garantizarlo es seguir pagándole los más de $7 millones, que recibe, mes a mes.