La economista francesa Christine Lagarde fue reelecta el viernes como Directora Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) para un nuevo mandato de cinco años al frente del cuestionado ente rector de la economía mundial y protector de la salud económica del capitalismo en cada uno de los países.
Esto fue informado por la entidad en un comunicado luego que la ex ministra de Economía de Sarkozy, que llegó al cargo el 5 de julio de 2011, fuese escogida para que continúe al frente del FMI por un segundo periodo consecutivo, esto, después de ser la única candidata al cargo, garantizando su reelección gracias también al firme apoyo de los Estados Unidos.
Con la reelección, Lagarde se convirtió en la primer director gerente de la institución en renovar su mandato en más de una década, después que sus antecesores, Dominique Strauss-Khan, Rodrigo Rato y Horst Köhler, renunciaran antes de cumplir sus primeros cinco años al frente del organismo.
Esto, tras ser acusado Strauss-Khan de violación a una mujer, inmigrante guineana en la suite de un hotel en la que ella trabajaba y de proxenetismo por participar en orgías con prostitutas en Francia, Bélgica y Estados Unidos entre otros casos de supuestos sobornos. En el caso de Rato, por recibir millones de euros de paraísos fiscales, blanqueo de dinero y su nefasta huella en el banco nacionalizado, Bankia.
¿Pero quién es Lagarde?
Christine Lagarde nació en París en 1956, abogada, posee cuatro títulos universitarios incluida una maestría en ciencias económicas. Como estudiante y profesional hizo sus primeras prácticas en Estados Unidos y Francia, por la que es vista como una mujer de trayectoria internacional y formación anglo-sajona pero netamente francesa. Todo un coctel que la ha impulsado a la primera fila de la gestión económica mundial.
Se destacó posteriormente en su carrera, hasta llegar a ocupar la jefatura de tres ministerios en su país como miembro de la Union pour un Mouvement Populaire, el partido conservador que apoyó las candidaturas de los presidentes Chirac y Sarkozy.
La poderosa Lagarde, una mujer con plena capacidad como abogada, política y economista para saber el peso de sus palabras y el alcance del poder que el FMI ha depositado en sus manos.
Después del escándalo Strauss-Khan toma las riendas como directora gerente de la gigantesca entidad financiera cuyos propósitos iniciales han cambiado, acentuando su intervencionismo principalmente en políticas internas de naciones y territorios pobres. Se dice, por ejemplo, que las estrategias antinatales han sido apadrinadas por el FMI.
De ser cierto lo anterior se estaría ante una “poda” demográfica, evitando la proliferación de la población en los países del tercer mundo. Lagarde declaró categóricamente que “los ancianos viven demasiado y eso es un riesgo para la economía global. Tenemos que hacer algo, ¡y ya!”.
La rectora del FMI aboga por una reducción de las pensiones y ayudas sociales a los ancianos y a los sectores más vulnerables y un aumento en el número de años de servicio para obtener una, política que ha sido aplicada por diversos gobiernos como una receta para quitar grasa al erario fiscal en tiempos de crisis.
Medidas aplicadas por el Partido Popular en España eliminando las prestaciones sociales y una retirada cada vez mayor de las prestaciones en salud, con los subsiguientes costes sociales que ha traído, con índices crecientes del nivel de la pobreza y de desigualdad en la distribución de la riqueza.
Las críticas que se han efectuado en relación al rol del FMI, en el sentido de que las condiciones que impone el organismo resultan en una pérdida de autoridad de un Estado para gobernar su propia economía por los draconianos ajustes estructurales que impone el ente a los países que, como Grecia, requieren de un rescate financiero.
A menudo, estas condiciones son impuestas sin previa evaluación de la circunstancias y fracasan en resolver los problemas económicos de los países beneficiarios.
Caso Bernard Tapie
La responsable del Fondo Monetario fue imputada en el 2014 bajo la acusación de negligencia por un caso de corrupción de 2007, cuando era ministra de Finanzas de Nicolás Sarkozy: el llamado “caso Tapie”, un poderoso y famoso empresario, llamado Bernard Tapie que había estado a cargo del club de futbol Olimpique de Marsella, equipo del que fue expulsado por diversos cargos de corrupción y malversación de fondos.
Lagarde fue imputada por presunta “negligencia” al conceder una indemnización millonaria concedida por parte del Estado francés al empresario Bernard Tapie en 2007, cuando ella era ministra de economía.
Una indemnización del Gobierno de Sarkozy que adjudicó ‘403 millones de euros’ como reparación por las supuestas pérdidas que sufrió el empresario Tapie, amigo del entonces presidente de la República, en la venta de Adidas por parte del Crédit Lyonnais.
Ella defendió siempre su inocencia, pero tras declarar varias veces como imputada, fue juzgada. En sus declaraciones se desmarcó del caso de corrupción descargando la culpa sobre el que fue su jefe de gabinete, Stéphane Richard. Tapie, por su parte, fue condenado a devolver los 403 millones de euros, así como los intereses.
La reacción del FMI fue breve pero contundente: “No sería apropiado comentar un caso que está siendo juzgado, sin embargo, el consejo ejecutivo sigue expresando su confianza en la capacidad de la directora gerente para desempeñar eficazmente sus funciones”, funciones de rectora y estabilizadora de las crisis del modelo económico liberal al interior de los países, no así de las crisis sociales que implican las políticas del organismo.