La economía de la India vive un momento espectacular. Las autoridades anunciaron que su tasa de crecimiento subió y se ubica en 7,3%, por delante de, por ejemplo, China. Una economía que vive en las nubes. Pero a nivel más terrenal, en las calles de Nueva Delhi, su capital, no viven un momento espectacular, de hecho apenas se perciben en sus arterias ese espectacular crecimiento que tiene al subcontinente indio creciendo desde el 2003 a tasas por encima del 7% y desde el 2011 por encima del 6%, año tras año.

Algunos humildes vendedores que pasean sus bicicletas llenas de globos hasta ocupar un metro a cada lado de su tienda rodante, que les sirve para vender sus mercancías, dicen que es cosa de tiempo para que el crecimiento económico toque a todos, que solo hay que tener paciencia.

En los últimos 10 años la india ha cambiado su modelo económico llevándolo poco a poco a un open market economy; el ámbito que más se ha desarrollado es el de los servicios como el call center, pero desarrollando cada vez más su industria.

Los profesores en Economía de la Universidad de Columbia, Jagdish Bhagwathi y Arvind Panagariya, opinan que el crecimiento de India se ha estancado a causa de la incapacidad de sus gobernantes de acometer las reformas que generan crecimiento económico que es visto por los investigadores como la única estrategia para terminar con la pobreza galopante que padece el país.

“A pesar del estancamiento, desde la crisis asiática del 1991 y como respuesta al ascenso de China, el país ha dado muestras de haber reaccionado, y de ser capaz de resurgir y de convertirse en un modelo de desarrollo siempre y cuando se apliquen las reformas que rompan con la tradición y abran su mercado al resto del mundo”, aseguran Bhagwathi y Panagariya en su artículo “India: Modelo de desarrollo?” y que la promueven como una guía para los gobernantes de otros países.

Esa es la receta que proponen los investigadores de la U. de Columbia: “De las diversas dimensiones de la estrategia de eliminación de la pobreza, la más importante es el crecimiento económico” y afirman además que las ideas de que la redistribución de la riqueza puede aliviar la pobreza “es un mito que obstaculiza el proceso de modernización del país. De hecho, mientras que en el año 1978 la mitad de la población india vivía por debajo del umbral del umbral de la pobreza, a día de hoy es una quinta parte”.

Los autores abogan por una mayor apertura del mercado como solución de la pobreza y rechazan la idea de que la globalización genera efectos negativos en la población pobre, afirmando además que no es cierto que la corrupción se haya disparado a partir de las reformas aperturistas acometidas en el país en 1991.

No obstante no todos están de acuerdo con este diagnostico, el doctor en Economía, Alejandro Nadal, en su artículo “La India: un crecimiento económico depredador”, en la revista “Sociología, Teoría y Práctica” sostiene que “la economía de India mantiene un gran crecimiento desde hace décadas y para muchos es un ejemplo a seguir. Se dice que su neoliberalismo sí puede funcionar. La realidad es otra. La evolución de la economía India es un proceso patológico que se nutre de la desigualdad social y de la destrucción ambiental”.

Nadal sostiene que “en los años 90 se impusieron reformas de corte neoliberal, en los últimos 10 años la India tuvo una tasa anual de crecimiento de 6,8 por ciento y la prensa ha presentado esto como un milagro económico, cuando en realidad la desigualdad y la pobreza en India han empeorado. Hoy, 42 por ciento de la población total de ese país vive con menos de un dólar diario. Un 75 por ciento de la población vive con dos dólares diarios y el modelo económico no va a revertir esta estructura tan desigual”.

Los lodos de una potencia naciente

Uno de los problemas más acuciantes que enfrenta India es la desigualdad que existe entre sus ciudadanos. En India todavía se lleva a cabo la división de castas por lo que existe una mentalidad que enquista y naturaliza la pobreza. Una condición que padecen aproximadamente 600 millones de indios-de un total de 1.306 millones de habitantes-, lo que hace que se encuentre en la India el mayor número de pobres del planeta.

Los que sufren no solo un infierno de ausencia de las condiciones mínimas de sanidad, educación y participación económica en la comunidad, sino además de una penosa exclusión social que les impide entrar en las redes de comercio local. Se estima que cerca de la tercera `parte de los menores de 16 años-un 4% de la población-son mano de obra infantil producto de la misma pobreza.

Solo un porcentaje pequeño de la población vive bien y recibe una buena educación, mientras que el resto de la población enfrenta una calidad de vida que se refleja en el ámbito rural.

Con una economía predominantemente agrícola, el sector contribuye con un 18,2% del PIB, pero además emplea a nada más y nada menos que el 52% de la población, que no logra obtener las ganancias necesarias para que la gente que la practica obtenga lo necesario para vivir. La falta de inversión están minando las posibilidades del país para ser autosuficiente en ciertos alimentos.

Los operadores advierten que el país pronto será un comprador neto de materias primas por primera vez en muchos años, en 2009 India tuvo que importar alimentos, como lentejas, aceites comestibles, arroz, soja y otros, para la inaudita cantidad de 700 millones de personas para enfrentar la escasez producida por la escasez de lluvias monzónicas, cuyas precipitaciones son vitales para los granjeros indios.

Por otro lado está presente el difícil problema cultural, social y económico de la desigualdad de género, que lleva a la mujer a ser víctima de una condición de desprecio social, violencia machista-que convierte a la India en el país con mayor índice de violencia contra la mujer del mundo-y de exclusión social.

La violencia sexual y las violaciones suponen el símbolo más brutal de la discriminación de la mujer. En Nueva Dheli cada 20 minutos se reporta un caso de violencia sexual, solamente en Nueva Dheli se contabilizaron en 2011 más de 24.206 casos de violación. Solo uno de cada cuatro supuestos violadores es condenado, las denuncias en ocasiones ni siquiera son registradas y en 2002 y 2010, hasta 45 mujeres fueron violadas estando bajo custodia policial.

Pero estas cifras muestran una realidad engañosa, pues solo se declara el 10% de las agresiones sexuales, pues si una mujer denuncia violencia sexual sufre el total ostracismo social, quien es vista por la comunidad como la provocadora de dicha violencia, con lo que se infiere que cada dos minutos una mujer es víctima de violencia sexual solamente en una ciudad de la india.

Por otro lado el censo de 2011 arrojó que seis millones de niñas habían sido abortadas en la última década en la potencia asiática, además se observó que tenían más dificultades para superar los 5 años de vida que los niños por que reciben menos alimentos y cuidado médico, lo que ha llevado a un problema social, pues faltan en el país 34 millones de mujeres.

Hechos que hacen que las niñas no sean bien vistas y se prefiera a los varones por razones económicas, pues las mujeres para casarse han de pagar costosísimas dotes que a veces incluyen refrigeradores, motocicletas, grandes sumas de dinero u oro.

Situación que ha llevado a la creciente escasez de mujeres, victimas de abortos, trata y secuestros. En 1994 se prohibieron en la India los análisis para determinar sexo porque las mujeres se hacían abortos si el feto era femenino. También es ilegal que los médicos hagan sonogramas para revelar el sexo del bebé antes de nacer, pero se los sigue realizando clandestinamente.

Solo dos de cada 10 mujeres en la India saben leer y escribir. Alrededor del 40% de las niñas menores de 14 no asisten a la escuela. En conjunto 66 millones en edad escolar no asisten al colegio. Esto hace que el 51,7% de la población femenina sea analfabeta. Mientras que el 29,8% de la población masculina es analfabeta.