No es novedad que para nuestros hijos es muy difícil la vuelta a clases, especialmente en cuando se trata de retomar ciertos hábitos, horarios de sueño, y la alimentación que cambiaron durante el verano.
La alimentación y horario de las comidas son clave en la etapa escolar. Volviendo de las vacaciones lo primero que tenemos que hacer es regular el ciclo sueño-vigilia, es decir, que se empiecen a acostar temprano para que duerman 8 horas, y así poder ordenar sus horarios de alimentación.
Empezamos con el desayuno, la comida más importante del día para que tengan un buen desempeño, energía y pongan atención en clases. “Lo ideal es que esté compuesto por una porción de lácteo descremado, un pan, de preferencia integral, ó 1/2 taza de avena, complementándolo con una fruta natural”, sugiere el Dr. Eugenio Saavedra, pediatra de Clínica INDISA.
Luego a media mañana una colación sana en base a frutas, verduras, frutos secos sin sal y lácteos descremados. “Cuando es envasada es importante leer el etiquetado nutricional, para seleccionar los productos más saludable. Idealmente deben contener menos de 100 calorías y 3 gramos de grasas saturadas por porción, sin adición extra de azúcar”, aconseja el especialista.
Los niños deben tener una rutina ordenada. Cuatro comidas principales cada 4 horas: desayuno, almuerzo, once y comida, y no comer a deshoras. En edad escolar debieran consumir entre 1.200 y 2.200 calorías diarias, variando según sexo, edad y nivel de actividad física.
¿Alimentos prohibidos? Hablemos más bien de restringir, es decir, hacer ciertos desarreglos, pero controlados, una vez a la semana o cada 15 días, para consumir alimentos que debemos evitar como: embutidos, mantequilla, mayonesa, comida chatarra, frituras, golosinas, azúcar, helados y bebidas.