El vicepresidente Álvaro García Linera reafirmó el viernes la política nacional de puertas abiertas al diálogo con Chile, respecto a la centenaria demanda boliviana de una salida soberana al océano Pacífico, en paralelo al juicio en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya: «Estamos dispuestos con total apertura, con franqueza, avanzar en los diálogos en paralelo a lo que está avanzando el juicio. «El juicio va y el juicio no se va detener y el juicio no lo vamos a retirar».
En la víspera, el nuevo agente de Chile ante la CIJ, José Miguel Insulza, condicionó «un diálogo directo» entre su país y Bolivia a la extinción de la demanda internacional.
García Linera consideró el planteamiento de Insulza como «un viejo discurso recalentado» de las autoridades chilenas para alargar una solución al tema del mar.
Dejó en claro que Bolivia tiene una posición «firme y sólida» sobre la demanda interpuesta contra Chile en la CIJ y cuyo objetivo es encontrar una solución negociada por la vía pacífica.
Así las cosas, el diálogo entre Bolivia y Chile seguirá siendo de «sordos» ya que La Paz insiste en una política confrontacional donde Santiago sale a reaccionar ante las constantes provocaciones de las autoridades paceñas, que han hecho de esta fórmula una exitosa manera de posicionar el discurso revisionista boliviano que distorciona el Tratado de 1904.