Este martes la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York presentó cargos por conspiración y soborno contra John Ashe, ex presidente de la Asamblea General de la ONU en el periodo 2013-2014, y actual embajador ONU.
Ashe embajador de la ONU ante Antigua y Barbuda, junto a otras cinco personas, entre ellas su esposa, fue acusado de su –hasta ahora- supuesta participación en una trama de sobornos que dio a conocer The Wall Street Journal.
Según la publicación, basándose en antecedentes judiciales y del FBI, el diplomático recibió más de US$1 millón, de empresarios inmobiliarios chinos, con intereses en la organización mundial, además de otros beneficios para el círculo familiar de Ashe.
Los chinos habrían sobornado a Ashe para que éste los favoreciera en la construcción de un centro de conferencias de la ONU en Macao. También se benefició presuntamente de un viaje con su familia Nueva Orleans.
La Fiscalía además presentó cargos contra un diplomático de República Dominicana, contra el empresario norteamericano de origen chino Ng Lap Seng, que permanece detenido hace dos semanas junto a sus asiste.
El fiscal de Manhattan, Preet Bharara, explicó que “de confirmarse la acusación se pondría de manifiesto que el cáncer de la corrupción afecta a demasiados funcionarios locales y estatales, incluyendo las Naciones Unidas”.
Bharara dijo a la CBS que “Ashe se vendió a sí mismo y a la institución que lideraba por relojes Rolex, trajes a medida o una cancha de baloncesto privada”, según recogió la cadena CBS.
Por su parte el secretario general de la ONU Ban Ki-moon expresó a través de su portavoz la sorpresa que le había causado esta acusación. «Está en estado de shock y profundamente contrariado con las acusaciones […], que van al corazón de la integridad de las Naciones Unidas», subrayó Stephane Dujarric.