martes, diciembre 10, 2024

Ambigüa señal: comisión Bravo se inclina por ajustar actual modelo de AFP y descarta sistema de repartos

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La comisión convocada por la Presidenta Michelle Bachelet con el fin de perfeccionar y mejorar el sistema de pensiones chileno, liderados por el economista David Bravo, resolvió realizar una votación con el fin de zanjar cuál será la propuesta que entregarán a la mandataria el próximo 26 de agosto.

Las fórmulas discutidas al interior de la llamada «Comisión Bravo» se encontraban: mantener el actual sistema de capitalización individual con ajustes sustanciales, avanzar hacia un sistema mixto que incluyera una fórmula de reparto o emigrar completamente a un mecanismo de reparto.

Finalmente, la propuesta que mejora el actual sistema de capitalización individual se impuso con 12 votos de los comisionados, por sobre la idea de un sistema de semi reparto, que tuvo 11 apoyos, informó hoy El Mercurio.

De todos modos, no está definido si se presentará la idea que obtuvo la mayoría o también las otras dos.

Fundación Sol

La Fundación Sol entregó en agosto de 2014 su diagnóstico y propuesta ante la Comisión Asesora Presidencial sobre el Sistema de Pensiones.

«Queremos que se consideren todas las posibilidades y no exclusivamente las que mantienen o profundizan el sistema de AFP impuesto en dictadura», señaló entonces Marco Kremerman, uno de los investigadores del equipo de la organización.

La propuesta pone el acento en la Seguridad Social en tanto es un derecho que garantiza las condiciones de existencia de las personas, fundamentales en un Estado social y democrático.

Ante esto, se argumentó que el actual sistema de ahorro privado forzoso no cumple o solo cumple parcialmente con los principios de seguridad social planteados por organismos multilaterales como la Organización Internacional del Trabajo, principalmente el Convenio N°102, sobre normas mínimas de seguridad social.

Uno de los principios más importantes y que está siendo vulnerado por el actual sistema de AFP es el de la suficiencia de las prestaciones que permitan a las personas tener una vida digna en su vejez. A diciembre de 2013, el sistema privado pagó 1.031.207 pensiones cuyo monto promedio fue de $183.213, mientras que en el caso de las pensiones de Vejez bajo la modalidad de retiro programado, el 91,2% fueron menores a $139.857. En el caso de las mujeres la situación empeora, al ser las pensiones un reflejo de la trayectoria laboral y la realidad del empleo, situación que se agrava al existir tablas de mortalidad diferenciadas para ellas.

Por otro lado está el principio del diálogo social que implica que un sistema de pensiones debe ser construido en democracia, incorporando la participación plena de los distintos actores. El actual sistema fue instaurado bajo un régimen dictatorial, en ausencia de instituciones democráticas y con nula discusión pública.

Con respecto a la cobertura universal, otro de los principios, tampoco se constatan avances desde la instauración del actual sistema de ahorro forzoso. En 1973 la cobertura llegaba al 73% de la población económicamente activa, en 1980 llegó al 64% y en 2013 alcanzó un 63,7%. El trato uniforme es otro de los principios vulnerados; las fuerzas armadas y de orden están fuera del Sistema de AFP, recibiendo prestaciones superiores a las de sistema en general con importantes subvenciones fiscales.

Otro principio importante en la seguridad social es la centralidad del rol del Estado en el sistema de pensiones. Con la reforma estructural de 1981, el rol del Estado debía quedar reducido exclusivamente a la supervisión, garantía y asistencialidad, sin embargo, en Chile se ha transitado desde un Estado subsidiario a un Estado “Subsidiador”: en 2013 de cada $5 que se pagaron por concepto de pensiones (sin considerar a las fuerzas Armadas y de orden), $4 provenía de fondos públicos y solo $1 provenía desde las AFP y compañías de seguro.

El único principio que cumple el actual sistema es el de la sostenibilidad financiera. Esto ocurre porque los ingresos que reciben por las cotizaciones de los trabajadores y por los aportes fiscales, son muy superiores a los gastos que se realizan por el pago de pensiones. En 2013 las AFP recibieron ingresos por casi $6.6 billones y solo se gastó $2.5 billones.

Por tal razón, Fundación SOL solicitó a la comisión que en su calidad de expertos, explore la viabilidad de incorporar un sistema de reparto como eje central del sistema de pensiones chileno. Así mismo, solicitaron poder acceder a microdatos que contribuyan a realizar un análisis y estudio más detallado del sistema de pensiones y de la propuesta.

«El sistema previsional en Chile básicamente no existe. Lo que aquí tenemos es un modelo de ahorro forzado que provee de recursos frescos al capital. Cada mes las personas que cotizan están entregándoles recursos frescos a las grandes empresas pero de sistema de seguridad social no tiene nada, ya lo vimos, ni con el más básico que es la suficiencia», sostuvo por su parte el economista de la Fundación Sol, Gonzalo Durán, en Radio Universidad de Chile.

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