Desde el 30 de enero el Servicio Nacional de Pesca está realizando monitoreo permanente para medir el avance del florecimiento de algas nocivas o Marea Roja que está afectando principalmente a las salmoneras de Aysén.
De acuerdo a información entregada por las autoridades de salud de la Región de Aysén, los monitoreos han revelado niveles nunca antes registrados del veneno paralizante, con cifras que rondan los 140.000 microgramos de veneno por cada 100 gramos de mariscos. Lo anterior representa niveles siete veces superior al peak que se registró el 2009.
Varios envíos al extranjero han sido rechazados debido a la presencia de antibióticos. A ello se suma un estudio realizado este año en Argentina, el cual da cuenta de que en el 66% de las pescaderías de Buenos Aires se encontró salmón chileno con antibióticos. "Es un momento complejo para la salmonicultura ya que existe una fuerte crítica, ya no solo a las consecuencias medioambientales que ha generado su expansión, sino por lo que verdaderamente esconden los salmones chilenos", afirmó Greenpeace. La organización ambientalista dio a conocer estudios internacionales que avalan su preocupación por la salmonicultura chilena.
“Resulta alentador el anuncio hecho por el gobierno. Se trata de un caso emblemático en donde un pueblo y cultura de 6.000 años es capaz de doblegar a la poderosa industria del salmón en su intento por expandirse en las aguas de Magallanes. David también puede derrotar a Goliat, aunque es claro que la salmonicultura no se rendirá tan fácil y volverá a la carga”, señaló la ONG ambientalista.
Es extraña la fijación de Bolivia con la reclamación territorial con Chile, siendo que con Argentina ha perdido 420.758 KM2. y con Perú más de 250 mil.
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