“Si el tropiezo de Piñera (o lo que parece tal) fuera el resultado de mala información científica, el fruto de estar mal asesorado, un defecto, en suma, de ilustración o de pericia (como lo fue, sin duda, la incapacidad de Guillier para explicar su propio programa), el asunto no sería tan grave; pero ocurre que en el caso de Piñera revela una comprensión de la condición humana que se trasluce también en otras opiniones que la derecha que lo apoya ha manifestado una y otra vez en cuestiones como la homosexualidad o la adopción homoparental (donde ha sostenido que un padre y una madre son mejores puesto que son parte de la naturaleza)”, sostiene el rector de la UDP.
“Si el señor Piñera quiere ser Presidente de “todos los chilenos”, debiera aprender a escuchar, conocer y enfrentar realidades tan distintas como esta, que pueden ser incómodas, pero no por eso apostar a que irán cambiando con el tiempo”, señaló María José Amenábar.
Ambos abanderados comenzaron sus intervenciones con autocríticas respecto a sus comentarios como fue el caso de Piñera sobre su denuncia de “votos marcados” en primera vuelta, indicando que fueron “innecesarios” y que “nunca he puesto en duda el resultado de la elección ni el rol del Servel, ni de las instituciones”. En tanto, Guillier consideró como un “error” el haberse referido contra los empresarios, indicando que “fue una frase que podría haberla planteado de mejor manera en el contexto”.
El rector de la UDP expone que la democracia necesita de “esa forma mínima de la virtud que se llama cortesía; esa forma disfrazada de la verdad que se llama hipocresía. La civilidad, la forma en que los ciudadanos se comunican y se relacionan entre sí, es de las cosas más importantes para la democracia”.
Es extraña la fijación de Bolivia con la reclamación territorial con Chile, siendo que con Argentina ha perdido 420.758 KM2. y con Perú más de 250 mil.