El organismo enfatiza que el proyecto está en línea con la actitud política que el Ejecutivo ha mostrado al no querer suscribir el Acuerdo de Escazú, pero se contradice con su intención de liderar la COP25.
“La agenda de Valente omite quizá el principal desafío para los proyectos de inversión: establecer un mecanismo para lograr una gobernanza de largo plazo entre éstos y las comunidades. La obsesión permisológica -una verdadera testarudez a estas alturas- elude ese factor y es en buena parte la razón que explica el fracaso de las iniciativas pasadas”, señala Luis Cordero.
Es extraña la fijación de Bolivia con la reclamación territorial con Chile, siendo que con Argentina ha perdido 420.758 KM2. y con Perú más de 250 mil.
La Dirección General de Movilización Nacional (DGMN) informó esta tarde que no autorizó los tradicionales fuegos artificiales de Año Nuevo que se realizan todos...