Estados Unidos ya ha sancionado a varios altos cargos del Gobierno de Nicaragua, incluidos el propio Ortega, su mujer y vicepresidenta, Rosario Murillo, y dos de sus seis hijos, por violaciones de los Derechos Humanos. Se acusa de proporcionar armas a grupos paramilitares.
El objetivo de seguir "implementando medidas dirigidas a mantener el ingreso y el empleo de la población", han decidido prorrogar durante 60 días la prohibición de despedir "sin justa causa" o por "disminución de trabajo".
"No tengáis miedo, porque todos estamos en las manos de Dios. Nos vemos allí" decía el sacerdote Cirillo Longo de 95 años, en un hspital mientra daba ánimo al personal de salud que atendía a los enfermos.
El Gobierno "ha decidido no ingresar más gente al país hasta que nos organicemos". "He dado instrucciones para que se ayude a los que están en el exterior, pero van a tener que esperar un poco" explicó el canciller.