En un gesto de especial atención que no tiene con todos los mandatarios que llegan al país, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, recibió personalmente a su homólogo brasileño, Jair Bolsonaro, con una ceremonia de honor en el aeropuerto internacional de Ben Gurión, cerca de Tel Aviv.

Bolsonaro, quien ha expresado en repetidas ocasiones su admiración por Israel, caminará por una cuerda floja diplomática mientras intenta estrechar lazos con Netanyahu, evitando enojar a los socios comerciales árabes clave para Brasil.

Antes de las elecciones israelíes

«En enero, abrimos un nuevo camino en nuestra relación. Y después de solo tres meses llega tu primera visita a Israel para llevar nuestras relaciones a una nueva fase«, celebró Netanyahu.

Netanyahu se convirtió en el primer primer ministro israelí en visitar Brasil, cuando participó en la toma de posesión de Bolsonaro, el pasado 1 de enero. En sus discusiones de entonces, ambos líderes derechistas hablaron sobre su «hermandad» en ciernes que, según ellos, impulsaría la cooperación militar, económica, tecnológica y agrícola.

Bolsonaro, destacó que encabeza «la delegación más grande que ha llegado a Israel de Brasil«, un país «con mucho potencial que será aprovechado también por el pueblo de Israel«, aplaudió el jefe del Ejecutivo.

El presidente brasileño recordó su viaje a Israel en 2016, cuando fue bautizado en el río Jordán, en un discurso plagado de referencias religiosas y señaló que esta visita se realiza cuando se cumplen cien días de su gobierno «firmemente decidido» a fortalecer lazos con Israel.

Netanyahu, por su parte, recibe a Bolsonaro a diez días de batirse en las urnas con el centrista ex jefe militar Benny Gantz, en unos comicios en los que el actual mandatario pretende reelegirse, pese a las varias acusaciones de corrupción que pesan sobre su figura, con procesos judiciales en curso.

Agenda apretada y polémica

Esta tarde, Bolsonaro se reunirá con Netanyahu para firmar acuerdos bilaterales en los sectores de ciencia y tecnología, defensa, seguridad pública, aviación, salud y medicina, tras lo que ambos mantendrán un encuentro de trabajo al que seguirá una cena de honor.

En los siguientes días, el mandatario brasileño mantendrá reuniones con empresarios, representantes políticos y miembros de la comunidad brasileña en Israel, visitará el Museo del Holocausto (Yad Vashem) y algunos de los lugares santos de Jerusalén.

Estas visitas incluyen al Santo Sepulcro, el templo más sagrado del cristianismo, y al Muro de las Lamentaciones, el lugar de culto más sagrado para los judíos, ambos ubicados en Jerusalén Este ocupado. Su oficina los ha incorporado en el programa como parte de su estancia oficial en Israel, lo que ha ocasionado las protestas de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).

Frente a promesa de trasladar embajada a Jerusalén

Se espera, además, que la polémica promesa de Bolsonaro de trasladar la embajada de Brasil a Jerusalén tenga un lugar privilegiado en la agenda de esta visita, mientras Netanyahu aprovecha la ocasión para puntear en su campaña por la reelección, pocos días de los comicios de este 9 de abril.

Meses después de anunciar la medida, que generó ácidas reacciones entre los líderes palestinos, Bolsanaro aún tiene pendiente anunciar un calendario para su concreción. Pero, según precisó a reporteros el pasado jueves (28.03.2019), el mandatario brasileño no tiene prisa por tomar una decisión.

«A Trump le tomó nueve meses decidir, dar su última palabra, para que la embajada fuera transferida«, dijo Bolsonaro. «Tal vez abramos una oficina comercial en Jerusalén«, agregó.

Aunque el traslado de la embajada brasileña complacería a la base de apoyo cristiano evangélico de Bolsonaro, el mandatario sudamericano correría el riesgo de provocar la retracción comercial de los estados árabes, algunos de los cuales son importantes importadores de carne brasileña.