La visita de los reyes de Noruega (junto a 60 empresarios) a Puerto Williams, ha alertado a las ONG’s que forman parte de Patagonia Mar y Tierra, ya que con esta visita se vislumbra la instalación de nuevas salmoneras en Cabo de Hornos, Reserva Mundial de la Biósfera. Cabe señalar nuestra preocupación por el incremento de estas instalaciones en la Reserva Nacional Kawésqar, territorio prístino recientemente designado como área protegida.
“La zona de Cabo de Hornos, el punto terrestre más austral de América es un lugar único y frágil, una zona de gran valor para la conservación por su alta biodiversidad y ecosistemas que cumplen un papel clave para la mitigación del cambio climático global. Vemos una incompatibilidad en que la industria salmonera se desarrolle en estos sitios. El impacto que puede generar no tiene punto de retorno; es imprescindible evitar que esta actividad se instale en lugares de alta importancia para la conservación de muchas especies y de ecosistemas marinos”, comenta Francisco Viddi doctor en ciencias y ecólogo marino del Centro Ballena Azul.
El doctor en ecología y filosofía, de la Fundación Omora, Ricardo Rozzi, señala: “La comuna de Cabo de Hornos, bajo la figura de reserva mundial de la biósfera, es un “laboratorio natural” del extremo sur de América que ofrece múltiples oportunidades de desarrollo económico, social y cultural sostenible en el largo plazo, a través de la pesca artesanal, el turismo, servicios logísticos, de conectividad y la innovación. Estas modalidades son consistentes con el respeto de los derechos fundamentales de los pueblos indígenas presentes en el territorio y maritorio de Cabo de Hornos. Es necesario considerar los cuestionamientos de la comunidad indígena Yagán que advierte sobre los impactos de la industria salmonera en esta zona ya que esta industria determinaría sus oportunidades de desarrollo económico”.
Los archipiélagos al sur de Tierra del Fuego albergan uno de los últimos ecosistemas terrestres, dulceacuícolas y marinos prístinos del planeta y abren una oportunidad de administración cuidadosa que es esencial para generar acciones con el fin de adaptarse al cambio climático.
Chile vive un escenario cambiante debido a los efectos que el cambio climático tendrá en el territorio nacional: sequías, desertificación, incendios forestales. En este sentido la opción que han tomado los últimos gobiernos es acertada, pero esta decisión podría fracasar si no se toman los resguardos necesarios para la implementación de zonas de conservación marina y terrestre.
«Instamos a las autoridades a consolidar su compromiso político con las áreas de conservación terrestres y marinas de la Patagonia Chilena», señala la declaración del as ONG’s.