Era un secreto a voces, pero recién esta jornada Rusia confirmó que la caída del avión ruso en Egipto el pasado 31 de octubre fue provocada por una bomba.

El servicio secreto de ese país además prometió una recompensa de US$ 50 millones a quienes ayuden a «identificar a los terroristas», reza el comunicado del FSB publicado hoy.

El jefe del servicio secreto FSB, Alexandre Bortnikov, calificó como un atentado la caída del avión en la península egipcia de Sinaí, en donde murieron 224 personas.

«Durante el vuelo se activó un artefacto explosivo artesanal de una potencia equivalente a un kilo de TNT», aseguró Bortnikov.

«En consecuencia el avión se desintegró en el aire, lo que explica por qué había partes del fuselaje en un radio tan amplio», añadió.

El atentado perpetrado a fines de octubre había sido reivindicado de inmediato por el grupo yihadista Estado Islámico, pero hasta ahora Rusia había puesto en duda esa tesis, la que sí apoyaban Estados Unidos y Reino Unido.

El gobierno ruso en tanto anunció que intensificará los bombardeos en Siria. «La acción militar de nuestra aviación en Siria no solo tiene que continuar sino que hay que intensificarla para que los criminales se den cuenta de que el castigo es inevitable», anunciaron desde el Kremlin.